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(En la Oscuridad)
La doctora Patricia Ruiz
estaba dormida, ella lo sabia, cuando soñaba ella podía sentir que
soñaba, lo sabia, desde el principio lo supo al ver el amanecer de
un sol dorado lleno de luz que quizá jamas ningún ser humano podría
recordar, aunque algo le decía que se trataba del sol de un tiempo
mucho muy remoto, mientras veía ese sol vio por fin a alguien esta
era un mujer que gritaba algo que ella recordaría;
-¡ha nacido un niño
dios!-
un hombre le pregunto;
-tranquila mujer, ¿como
se llama?-
la mujer contesto gritando
de alegría;
-¡Mitlatecutli!-
el hombre sonrió y se
unió a la alegría de la mujer, pero algo sucedió, llegaron nubes
negras y todo cambio, el sol dorado fue cambiado por un sol opaco que
casi no desprendía luz, dos hombres hablaban, vestidos de gala como
reyes antiguos;
-¡Tonatiuh ese no es el
camino y lo sabes!-
el otro hombre contesto,
llevaba zarcillos y arracadas en la cara y cuerpo;
-tu que sabes, la Luz lo
hizo grande entre nosotros, ademas es malo que el hombre vague sin
proposito, es necesario el orden, a cualquier precio-
el joven llevaba una tiara
de oro y tenia símbolos en sus ropas del agua;
-esa es una elección, no
una obligasion-
Tonatiuh contesto;
-has lo que quieras
Tlaloc-
-este se marcho sin decir
mas-
Tlaloc advirtió;
-detendré a este falso
dios a un tenga que vérmelas contigo-
Tonatiuh se molesto pero
no dijo mas, Patricia cayo una ves mas en la oscuridad.
-Mujer, mujer-
le dijo una voz;
-¿quien eres?-
pregunto Patricia, vio a
un hombre viejo como ninguno y este le dijo;
-ven, vayamos a ver al
crucifijo-
Patricia lo siguió, pero
se vio rodeada de muchos hombres y mujeres, vestidos de monjes y
monjas, todos adoraban a una gran cruz;
-¿el padre sacrifico a su
hijo para dar libertad a los hombres de sus pecados, o lo hizo para
hacerlos culpables de ese acto nefasto?-
Patricia no entendió;
-así como se apaga una
estrella, se apaga la luz sobre los hombres, los ángeles han
abandonado a los hombres y no es para menos, ahora ellos adoran a un
ser supremo que no supera al padre, pero posee mas poder que nadie en
este mundo, por eso todos debemos cargar nuestra cruz, para poder
sacrificados en el golgota por nuestros pecados que es dejar morir a
ese ser bastardo, pero siempre me he preguntado quien reza por los
inocentes, ¿ellos son victimas necesarias o sacrificios a dios que
se enorgullece de matar a sus propios siervos?-
una mujer acaricio un
crucifijo que estaba en sus manos;
-no, ese no es el motivo-
el anciano dijo a
Patricia;
-mira el crucifijo, mira
tu sacrificio, tu dolor-
Patricia vio un cuerpo
humano en la cruz, estaba sangrando con terribles heridas, de látigo,
tenia una corona de espinas y estaba clavado, el cuerpo pequeño y
tierno dijo unas palabras en su ultimo momento de vida;
-¡mama!-
este era su hijo, Rodrigo,
Patricia la darse cuenta lanzo un grito de terror, que se perdió en
la oscuridad de aquel sueño profano.
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