viernes, 17 de agosto de 2018

La puerta


El recuerdo inunda mi mente, me enamora y me envenena, ¿estoy soñando?, ¿es  acaso la soledad que me está volviendo loco?, no sé lo que es, pero no puedo escapar.
La puerta está cerrada, nadie más la ve, actúan como si no existiese, como si fuese solo una alucinación mía, pero allí esta esa puerta cerrada, con candados, chapas, grilletes y cadenas, pero a veces por las noches escucho voces provenir de esa puerta, otras palpita, a veces solo permanece cerrada observándome
Cuando me mude aquí, a los apartamentos Blue Greek no estaba esa puerta, solo está mi habitación que no es muy grande, el edificio estaba lleno de gente que saludaba, gente feliz, llena de sueños y ambiciones, hoy no hay nadie, si los hay se esconden, los colores vivos de las paredes se han ido, solo quedando un horrible gris.
El olor de este lugar era muy agradable, después cambio al de plástico quemado, después pareció cambiar a olor a azufre y cenizas y cosas quemadas, para después terminar en un olor de humedad nauseabundo, este último se ha quedado para acompañarme.
La gente ya no es la misma como he dicho, se han vuelto extraños reservados, la Señora del 12 se la pasa toda la noche en vela, observando todo desde sus ojos extraños, sus gatos se han ido, a la lejanía parece que le maúllan, pero no entra aquí ninguno. El niño que solía vivir en el 8 solo se ve por las tardes, cuando cae el sol, camina por los pasillos cabizbajo, parece haberse quedado sordo, no contesta, solo camina descalzo como sombra por entre los pasillos.
La madre soltera del 11 se fue sin decir adiós, su cuarto permanece abierto, aun se puede ver los juguetes de los niños, algunas ocasiones me he paseado por allí, la pecera ni agua contiene, los osos de peluche se están llenando de polvo y moho, las paredes de los cuartos de los niños han perdido los colores pastel, solo queda un feo gris que ha consumido todo en el edificio.
Lo cierto es que yo también he cambiado, no sé qué día es, nunca sé qué fecha es, solo sé que tengo un terrible insomnio, no puedo dormir por las noches, pero cuando lo hago terribles sueños me despiertan, las noches me las paso en vela, a veces leo mis viejos libros, otras salgo a caminar por las calles, es curioso que después de media noche haya tantas gentes caminando en la calle, pero son muy extrañas, te ignoran, lo que te hacen caso huyen de ti como si hubiesen visto algo extraño o paranormal, no sé qué les pasa, por eso casi no salgo, mejor me quedo sentado en mi sofá, la verdad no sé qué pasa, todos los días al caer la tarde me levanto a desayunar y a pasar mi noche en vela.
No todo es malo por aquí sabes, en el departamento 05 la anciana Gibson, la única cuerda que queda todas las noches se desvela conmigo, cree que estamos enfermos, que es como un agripe y ya se nos pasara, su perro todas las tardes llega y nos hace compañía a todos los de este edificio, es un buen chico, es un Golden Retriever, se llama Bobby y se pasea por nuestras casas y lo dejamos, el niño del 8 lo acaricia, yo suelo jugar con él, es muy amistoso, cuando no está con alguno de nosotros esta con la anciana que se la pasa remendando para sus nietos, son unos malagradecidos, jamás la visitan, pero Lily, la señora Gibson  sabe que tarde o temprano la visitaran.
Pero lo que me pone de mal humor a mí, es cuando vienen esos estúpidos de los vecinos, por lo general con sus cámaras y sus reflectores, no sé qué buscan, pero nos cansan, el niño del 8 se hace el escurridizo, la señora del 12 se pone violenta y trata de correrlos, la anciana Gibson por lo general corre a Bobby y los ignora, yo solo les sigue, me aseguro que no quieran robarse nada, en una ocasión a la anciana Gibson le quisieron robar una foto de sus nietos, la anciana, l rasguño la espalda, el tipo se giró horrorizado,  miramos furiosos, yo quería arrojarme a los golpes, pero por respeto de la anciana no lo hice, de allí se marcharon a otras partes del edificio.
Entre esos idiotas venia una chica bastante guapa de mi edad, llevaba lentes y una cámara fotográfica de esas que cuestan más caras que un carro, tenía voz de pito, pero era muy guapa, se metió a mi habitación y empezó a tomar fotografías, en otras circunstancias le habría corrido, pero algo en ella me hizo dejarla actuar, tomo fotografías mías mientras actuaba como estúpida y preguntaba idioteces
-¿estás aquí?, ¿puedes darnos una señal de que estas aquí?-
Esas idioteces me estaban sacando de quicio;
-¿Por qué no te has ido de aquí?-
Le conteste fuerte y claro;
-aquí vivo-
Me ignoro olímpicamente, justo al salir de mi habitación ella tropezó y yo le ayude a mantenerse, después de eso me miro asustada  titubeo con su cámara para después marcharse con sus amigos…