lunes, 24 de junio de 2019

TRANQUILITY SHORE 3


03
Las calles de la ciudad son las mismas, en la ciudad y en la boca del infierno, he salido del callejón viejo de Martin Street y entro a Howard Street, las casas están abandonadas, solas, no escucho ningún ruido, no hay nadie en las calles, los carros permanecen aparcados donde siempre, llenándose de humedad por la neblina, mientras recorro la ciudad, no hay nada, no hay ruidos, solo un silencio perturbador, algún anuncio de la licorera se mueve por el viento, pero no hay ruidos, avanzo lo más rápido que puedo, mientras lo hago noto algo, en las esquinas donde permanecen los contenedores para basura, hay muchas bolsas de plástico, son grandes, son enormes, parecen traer cadáveres, manchones de sangre hay por todos lados, como si los hubiesen bajado de algún carro o algo y los apilaron a lo tonto, aquello no me lo creo, pero lo peor está por venir, un ruido al fin, un ruido conocido, el sonido de un camión, el cual entra por una calle aledaña y se coloca frente a los contenedores, un grupo de hombres bajan del camión y empiezan a subir los cadáveres, es un camión de basura, tratan los cadáveres como si fuesen basura, me acerco y les saludo;
-pero uno de los hombres saca un arma, un rifle y me apunta sin chistar, los otros continúan con su trabajo, tras recoger los cadáveres el camión de basura prende y se marchan, dejándome de nuevo en la soledad, regresa a reinar el silencio, ignoro aquello y sigo mi marcha, lo pienso detenidamente, tal vez hubo una gran plaga, las bolsas de cadáveres son las víctimas de la enfermedad, pero no tiene sentido el hombre del sombrero, la llamada del cura, sigo de regreso a mi travesía, paso por los comercios, algunos están clausurados, símbolos de peligro biológico, pero no hay pistas de nada, por fin veo la plaza, avanzo más deprisa, escucho a la cercanía pasos, acelero, espero a esos niños mutantes, pero lo pasos se acrecientan, no son uno, son una multitud, me giro y preparo la tubería, pero veo una enorme negrura pasar sobre mí, me protejo, pasa rápido, me descubro, no hay nada, no hay nadie, miro frente a mí una persiana de un local cerrado, alguien escribió en la persiana metálica con sangre;
“no deberías estar leyendo esto”
sigo mi camino, mientras avanzo lo escucho, el sonido, el radio del celular se ha prendido, capta esos ruidos extraños y nefastos, pero sigo sin entender que es lo que capta o que lo hare reaccionar a si, pienso en el hombre del sombrero, acelero el paso, cada vez suena más, cada vez más fuerte, me estoy acercando a la fuente del sonido, llego a la entrada de la iglesia, no hay nadie, no hay nada, me acerco a la puerta y toco, escucho pasos a mi alrededor, observo a mis espaldas, aquellos debían ser los niños, pequeños seres descarnados, chorreantes de baba y dejando huellas sanguinolentas, lanzan un horrible sonido gutural abriendo sus fauces, aprieto la tubería, la alzo y ataco a uno de aquellos seres, son lentos, torpes y estúpidos, pero sus garras son mortíferas, apenas puedo esquivar uno que otro de sus lances, el sacerdote abre la puerta;
-¡entre rápido!
corro lo más deprisa, entro a la iglesia y alguien cierra la puerta, caigo de pecho, esto me saca el aire, estoy en la oscuridad, saco el celular y prendo la linterna, estoy en un lugar muy oscuro, es una gran bóveda, es el interior de la iglesia, las butacas están vacías, el polvo lo cubre todo, las ventanas muestran los viejos vitrales enseñando escenas sacras, pero no veo al cura, trato de llamarle, pero no hay señal, las puertas están cerradas, todas menos una, la que lleva a una escalera, sin más bajo temiendo lo peor, la escalera es larga, tardo rato bajando y bajando, los muros parece que han cambiado de color, parecen rojos, parecen sangre, por fin bajo de aquella escalera, una nueva puerta me espera, la abro con miedo, adentro no hay nada que pueda hacerme daño, el celular no suena, pero es igual de perturbador, en el sótano hay máquinas de tortura, en cada potro hay cadáveres de mujeres clavadas, con las pesas y las estacas filosas sus cuerpos fueron atravesados, las mujeres sufrieron bastante, en el rostro llevan pequeñas bolsas parecidas a costales, no podría decir de que murieron exactamente, si por asfixia o desangradas por las heridas terribles de los potros, me alejo lo más posible, en una cama de clavos permanece una persona aplastada contra otra plataforma de clavos, retrocedo, no quiero acercarme a los cadáveres, en una mesa, llena de utensilios extraños y perturbadores hay una libreta antigua, tiene extrañas anotaciones, pero son las ultimas paginas las más peculiares, una de las anotaciones me llama la atención y leo;
“hemos torturado a las brujas, una de ellas, la más joven probablemente sea inocente de toda culpa, mea culpa, pero ha sido una tarde fructífera, una de ellas si era una bruja, acepto haber hecho invocaciones, ¿a quién?, ha invocado el nombre de Daemus, no conozco a ese dios o a ese demonio, pero la bruja mientras más la dejábamos caer contra el potro, entre lamentos y lloriqueos acepto que pacto con sangre con esa identidad, la mujer está loca, habla de que Daemus es una identidad cósmica, un ser supremo, un dios, aseguro haber recibido favores de esa deidad misteriosa, nos ha dicho que tenía un libro con todo el material de sus brujerías, el hermano Felipe se ha ido por el a la casa Walter, la maldita bruja antes de perecer empezó a clamar a su dios, para después morir desangrada como las demás, mientras escribo esto he mandado a Andrés a recoger y limpiar el área y deshacerse de los cadáveres, mientras escribo esto sé que Andrés duda de nuestras acciones, pero por el momento es fiel a la orden, por el momento, ¿que ha sido eso, que es ese ruido?...”

Aquí termina la nota, cuento los cadáveres, son 3, uno de los potros esta vacío, salgo de allí, subo por las escaleras rápidamente, lo más prono que puedo, al salir casi me caigo de bruces, ¿es acaso esta otra iglesia?, hay mucha luz, los vitrales muestran imágenes sacras, pero ya no hay oscuridad, todo es gris, retrocedo, checo la puerta por la que subí, está cerrada, checo las demás, una de las habitaciones es un dormitorio, está muy bien arreglado, pero me perturba el maniquí de niño en la cama, tienes lágrimas de sangre en los ojos, alguien ha sido muy perverso, cierro la puerta, no sé qué fue eso, acabo de escuchar el lamento de un niño, proviene del dormitorio, no quiero volver a abrir esa puerta, no sé qué me depare, abro la tercera puerta, sentado detrás de su escritorio, permanece el padre, supongo que es el por su atuendo, este me sonríe, pero no es su sonrisa muy tranquilizadora que digamos...


domingo, 2 de junio de 2019

TRANQUILITY SHORE 2


02
No sé cuánto tiempo ha pasado, creo haberme quedado dormido, afuera parece de día, no lo sé, el celular no marca la fecha, cada vez que abro el calendario marca error y me saca de aplicación, tengo miedo, no me había dado cuenta, pero parece que estoy siendo rodeado por un aura oscura, obscena y diabólica, quisiera que solo fuesen mis nervios, pero ya lo vi, ese hombre del sombrero, me ha visto, parece que se ha ido, no puedo saberlo, la neblina no deja ver nada, espero que así sea, el teléfono celular suena, no ha tenido señal, ni wifi, ni datos y ahora entra una llamada, no sé si contestar, nada aparece en la pantalla, parece como si no existiese el número, como si hubiese salido de la nada, de ningún lugar, tengo miedo, pero a decir verdad no sé qué hacer, suspiro hondo y contestó la llamada, tengo miedo;
-¿bueno?
Pregunto esperando algo horrible del otro lado;
-amen, hasta que se me hace hablar con alguien.
Dijo una voz cálida, humana, parece un hombre sexagenario;
-hola, soy John Lionel Allen.
El hombre suspiró aliviado;
-bendito dios, soy el padre Joan Paul Pioneer, soy sacerdote de la iglesia católica de Tranquility Shore, algo a pasado, las calles están vacías, hay una neblina monstruosa.
me sorprendí;
-he visto a un hombre monstruoso, su cabeza explota y se abre en tentáculos.
El hombre guardó silencio, casi puedo escucharlo tragar saliva;
-yo no he visto  eso, yo vi unos enanos descarnados llenos de garras y dientes, se ha galopaban en la entrada, no les vi orejas, ni ojos, pero sabían dónde estaba yo, me encerré en la capilla, soy viejo y no creo tener muchas posibilidades.
El llanto de un niño se escuchó al otro lado de la línea;
-sé que suena intrépido, pero conozco donde hay armas de fuego, eso nos ayudaría, debes venir aquí.
Trague saliva;
-¿dónde te encuentras?
Pensé en decírselo;
-en el callejón viejo de Martin Street.
Dije al fin;
-no estás muy lejos de aquí, sal a la Howard Street, camina derecho, en plaza pública está el viejo quiosco, enfrente está la iglesia.
Lo pensé muy bien;
-¿cómo voy a superar a los enanos que dijo?
El padre guardó silencio unos segundos;
-guarda mi número, cuando estés cerca saldré y los distraeré por uno de los laterales, tendremos que ser rápidos para que no entren.
Pensé en aquello;
-está bien allí nos vemos.

vi la llamada ser colgada, el número ya era mostrado con el nombre de Padre Joan Paul, eso como si hubiese estado en la memoria todo el tiempo, trago saliva, aprieto los puños, lo decidí, iré en busca del padre, pero necesito un arma, pero no tengo ninguna, vaya americano, en mi mente recuerdo los estúpidos comerciales en la radio de las tiendas de armas, ahora yo soy el estúpido, busco en toda la casa un arma, solo encuentro un cuchillo de cocina, no me gusta y la verdad no pienso usarlo, lo dejo allí, pero detrás del lavabo, puedo verlo brillar, mi salvación, una buena arma, la vieja y confiable, un pedazo de tubería rota que jure un día tirar, lo tomo, tengo miedo, abro la puerta, no veo nada, miro el celular, tengo la maldita costumbre de ver siempre la hora, ahora no veo nada más que el fondo, me paro unos segundos a ver a mi alrededor, siento que dejo mi espacio seguro, mi hogar, mi recinto, pero no quiero estar aquí, tengo la sensación de que debo huir, de que algo muy malo está sucediendo, por lo que sin más hecho a correr, salgo por el patio de la casa, abro el cancel sin mirar atrás, sabiendo que dejó el lugar más seguro que existe.

martes, 28 de mayo de 2019

TRANQUILITY SHORE


TRANQUILITY SHORE
Me he despertado como todas las mañanas, pero no sé qué ha pasado, no sé qué sucede, solo sé que tengo el presentimiento de que algo muy malo a ocurrido, la casa está abandonada, no escucho a nadie, de hecho he estado abriendo puertas, no hay nadie, estoy solo, me pongo algo de ropa y salgo a la calle, las calles que tanto me dan asco, las que se llenan de vendedores de narcóticos y de prostitutas, están vacías, solo ha hay neblina, todo está cubierto por neblina, apenas puedo ver, doy pasos y acelero, pero no veo a nadie, las calles están vacías, no hay ruidos de carros, ni motores, ni perros, tampoco aves o personas, estoy solo, ¿que a pasado?, a dónde ha ido todo el mundo, caminó hasta la tienda de conveniencia, es el 24/7, está cerrado, las ventanas tapizadas, en la entrada hay un gran letrero, no es muy halagador, en este escribieron, bienvenidos al infierno.
Corro de regreso, ¿a dónde?, a casa, al menos allí estaré seguro, recorro las calles intentando regresar y llegó a la puerta del cancel, al entrar lo escuchó, un extraño sonido, algo gutural o metálico, no sé cómo describirlo, pero un sonido nada humano, cierro el cancel con la endeble cerradura y regreso a mi casa, mi cuarto, me encierro y veo desde la ventana, la neblina cae sobre nosotros y presiento que algo me observa, de pronto un sonido me asusta, me saca de mis ideas y mis pensamientos, es el teléfono celular, lo tomo y desbloqueo la pantalla, en este hay notificaciones de aplicaciones que no recuerdo nunca haber tenido, la radio se enciende, una de las aplicaciones informa que hay demasiado magnetismo en la zona, la brújula enloqueció, el GPS también, retrocedí, parecía que marcaba algo, pero también afuera en la neblina se podía ver algo, la radio enloquece, entonces miro frente a mí, no doy crédito a mis palabras, detrás de la ventana hay un hombre, me mira con curiosidad y me sonríe, tiene traje negro, lleva en la mano un sombrero, me mira con diversión, sus ojos negros profundos me llenan de miedo y terror, su cabeza explota, formando decenas de tentáculos los cuales chapotean y pegan de un lado a otro, algunos se acercan a la ventana, retrocedo y caigo al suelo, de pronto los tentáculos regresan a su lugar, la cabeza está intacta, blanca, calva, el hombre se pone de nuevo su sombrero y lentamente camina y se marcha dejándome en completo terror, el celular por fin cesa el ruido, dejándome en la penumbra y soledad.

miércoles, 10 de abril de 2019

Anahí


Anahí sonrió y entro por la puerta, estaba toda mojada, la lluvia les había caído de sorpresa, su vecino, Adán McLoud sonrió y le presto una toalla;
-gracias, eres muy amable.
Adán se sentó en el sillón de su sala;
-no tardará en llegar mi compañera de cuarto.
Adán sonrió y observo las noticias;
-¿eras tú?
En la imagen de las noticias se podía ver a las personas de una marcha feminista que luchaban por el derecho al aborto;
-sí, éramos nosotras, luchamos por la causa.
Adán sonrió;
-¿Cuál causa?
Anahí se puso roja;
-¿no me vas a alburear?
Ambos rieron;
-no se ni que significa eso.
Ambos rieron;
-está bien, sé que eres extranjero así que te lo explicare, en la universidad luchamos por tener el derecho de abortar, hay miles de mujeres que mueren por abortos clandestinos y por eso queremos salvar vidas.
El joven se sorprendió;
-¿salvan vida, matando vida?
Anahí se sorprendió, pensó un poco;
-espera, me caes bien, no quiero salir mal contigo, me entiendes.
Adán sonrió y dijo;
-la verdad no entiendo lo que tratas de decirme, solo veo que no puedes defender tu propia ideología o lo que sea que defiendas, pero me hiciste recordar una vieja leyenda de los indios Hoppi.
Anahí se sorprendió;
-pero no quiero aburrirte.
Anahí lo pensó un poco, sonrió y dijo;
-que más da, cuéntamelo, al cabo Diana llegara muy tarde.
Adán se sentó en el sillón y recordó como quien  recuerda algo, algo que sabe, muy bien y de memoria;

Los indios Hoppi son una tribu indígena de los estados unidos, de los pocos que quedan, estos adoraban a los dioses hormiga, seres amorfos y grotescos, los Hoppi les temían y les hacían sacrificios debido a que estos dioses solían comer carne humana, pero a cambio de la servidumbre los dioses daban dadivas a los pueblos Hoppi, si iban mal las cosechas hacían que lloviera, si la tierra era infértil la hacían brotar de nuevo, eran sabios y poderosos, muy temidos, pero en aquellos años de entre las estrellas llego un mensajero, un ser deforme y monstruoso, los indios Hoppi hablan de él, como el Dentado, un lleno de bocas y dientes, este ser convenció a los dioses mismos de servir a su nuevo amo, un ser innombrable que los Hoppi cuidaron de no escribir, los dioses se sentaron a adorar a este nuevo dios quien dividió a los dioses en grupos y los puso unos contra otros, pero se aseguró de algo muy importante, que los mismos dioses dieran a sus hijos natos o no natos a las fauces de este nuevo supremo dios maligno, los no natos morían en los vientres de sus madres, los nacidos eran sacrificados y los que ya eran pre pubertos y adolescentes se les contaminaba con la maldad misma de este dios supremo, de pronto los dioses dejaron de llegar a las tierras de los Hoppi, la naturaleza y el entorno se volvió terriblemente hostil, por lo que clamaron a los cielos de nuevo a sus dioses, pero nadie les contesto, cuando creyeron todo perdido, fueron visitados por los hombres luminosos, seres de luz parecidos a ellos y a estos preguntaron por sus dioses, los seres hormigas, los hombres luminosos les dijeron que su planeta fue arrasado por el dios supremo, este dios supremo, que los hombres luminosos ya conocían y odiaban sus prácticas, destruyo a todos los dioses hormiga exterminándoles si no a todos, a la gran mayoría, desde entonces los indios Hoppi temen el regreso de este dios supremo malvado.

Anahí estaba sorprendida, Adán le observaba con atención;
-son solo leyendas de pueblos aborígenes e indios supersticiosos.
Adán sonrió;
-eso lo dices tú, no estuviste allí.
Anahí sonrió;
-tu tampoco.
Adán miro para otro lado como si quisiese ocultar algo;
-tu modernidad que tanto defiendes es la adoración a un culto de un dios pagano y nefasto que ha estado muerto por eras, pero tus líderes mundiales quieren despertar a toda costa.
Anahí quedo perpleja, la voz de Adán la había escuchado incluso en su propia mente, arriba se escuchó a la compañera de cuarto de Anahí;
-¿Anahí, estas allí?
Anahí salió tomo sus cosas y se despidió;
-bye, charlamos luego.
Anahí fue con Diana y se la topo en las escaleras;
-¿Dónde estabas?
Anahí sonrió;
-corrí por la lluvia, por cierto, el vecino de abajo es un poco raro, muy patriarcal.
Diana sonrió;
-si lo sé, pero es guapísimo.
Ambas rieron, entraron a casa y cenaron, café y galletas de avena con un café mientras leían un libro, Anahí se cansó primero y se fue a dormir temprano, tras mirar el celular por unos minutos, cayo rendida al sueño.

Anahí abrió los ojos mientras sentía que caía, caía en la nada;
-esto es solo mi mente, es que me caí de la cama.
Dijo en voz alta tratando de componerse, pero seguía cayendo, de entre la inmensa oscuridad en la que se encontraba, vio a una persona caminar hacia ella, era un niño de al menos diez años;
-¿Cómo puedes caer, si no sabes si hay arriba o abajo?
De pronto cayó a un suelo duro y frio, como pudo se levantó;
-¿Qué clase de sueño este?
El niño la observo;
-no lo sé, tu eres la que llego aquí.
Anahí se sentó y pensó;
-esto es culpa de Adán, él y su estúpido cuento de los indios hoppi.
El niño la observo con atención;
-¿indios hoppi?
Pregunto el niño;
-sí, una chorrada sobre dioses antiguos y muertos.
El niño sonrió de manera cínica;
-quieres volver a casa, te llevare yo mismo.
Ambos caminaron en ese mar de oscuridad;
-¿qué es este lugar?
Cuestiono Anahí;
-lo llaman Exeter, una tierra de nadie, en medio de todo, un espacio vacío y muerto.
Mientras ambos avanzaban Anahí vio extrañas siluetas en las sombras, ojos rojos y azules flamígeros y nefastos;
-no te harán nada mientras yo este contigo.
Anahí sintió miedo;
-¿Qué son esas criaturas?
El niño sonrió;
-los  llaman los dioses del abismo, seres nefastos y monstruosos despreciados por el mismo creador del universo, eran tan terribles y demenciales que se alzaron contra su propio creador y este los condeno a este lugar sin salida.
Anahí apresuro el paso;
-espera.
Un presentimiento le hizo sentir cierto miedo y horror;
-tú también estas aquí y me da la impresión de que te estoy guiando.
El niño sonrió y alzo la mano y los seres de ese lugar rugieron y chillaron y todos huyeron dejándolos solos, el niño empezó a caminar por delante de ella, pero Anahí escucho a los seres regresar por lo que se posó al lado del niño;
-en la biblia dice que un demonio no puede atacar a los demonios, entonces que eres.
El niño sonrió;
-si dios y el diablo tuviesen un juego de futbol, yo sería el campo.
Anahí se sorprendió;
-es de tu película favorita, jóvenes brujas.
Dijo el niño, Anahí se sorprendió;
-¿Quién eres?
El niño guardo silencio con una sonrisa macabra;
-mira.
El niño mostro al cielo, allí, en lo que parecía un ojo se podían ver las estrellas, los cielos estelares y las galaxias como nunca nadie lo había visto, ni lo vería;
-ese es tu camino a casa, será mejor que te vayas.
El niño empezó a alejarse de Anahí;
-espera, no puedes quedarte aquí, es peligroso.
El niño sonrió y su cara empezó a deformarse y tras de él se formó una silueta nefasta, algo parecido a un dragón con incontables cabezas, el espectro que se volvió el niño dijo con una voz monstruosa;
-pronto estaré con ustedes, búscame en San Juan de Arriba, allí te estaré esperando…

Anahí sintió que era jalada por algo o alguien, ella quiso luchar pero no pudo, sintió ser jalada y ser arrastrada por espacio vacío, vio los planetas, las galaxias y las estrellas, reconoció los planetas del sistema solar para terminar cayendo a la tierra, a su casa de apartamentos directo a la ventana, donde permanecía colgada de las manos de Diana, Doña Sofía que le rentaba y Adán que con toda su fuerza logro meter a Anahí por la ventana;
-¿Qué paso?
Pregunto Anahí;
-¡tú, maldita loca te querías arrojar por la ventana!
Anahí se sorprendió;
-bueno, parece que lo peor ya paso.
Dijo Doña Sofía, Adán se despidió;
-tengan cuidado.
Mientras todos se retiraban Diana preparo te para Anahí, en la puerta observaba el nieto de Doña Sofía;
-vente niño.
Le ordeno su abuela, el niño observo a Anahí y le dijo;
-Pronto estaré con ustedes.
Dijo el niño, dejando aterrada y llena de dudas a la pobre Anahí.

sábado, 9 de febrero de 2019

Año 1999


Año 1999

En el año 1999 se produjo el desastre conocido como la gran tragedia, un virus de computadora se apodero de todos los sistemas computacionales de la tierra, provocando la explosión de todas las cabezas nucleares y plantas de energía nuclear en el mundo, desde entonces el mundo tal y como lo conocíamos colapso, no se sabe nada de otros países, no sabemos nada, nuestro mundo se basa en la supervivencia, con la radiación y las nubes nucleares vinieron las mutaciones de todo los seres vivos de la tierra,  la contaminación del ecosistema mato a millones de personas en los Estados Unidos de América, ahora, los que sobrevivimos, estamos enfrascados en una guerra constante por los recursos, hace veinte años de la gran tragedia y todos seguimos en las mismas, matando, violando y destruyendo para sobrevivir siempre evitando lo más que se pueda la muerte…

Patrick Jhonson abrió los ojos, la luz del cielo gris le molesto, se sentó y pudo observar a su alrededor, su casa, su refugio estaba destruido, aquella casa rodante y todos sus bienes destruidos, lo habían dejado vivo, aquello debía ser un mensaje, ¿Para quién?, no importaba, se paró como pudo y camino dando pasos pequeños y lentos, camino, no supo cuánto, pero camino, quería alejarse lo más posible, de sí mismo, su hogar, pero principalmente de los saqueadores, camino mucho, no supo cuánto, pero camino sin rumbo, no traía brújula, no veía caminos, solo camino, camino mucho, hasta llegar a un paraje solitario, no vio nada más que la nada, solo podía pensar que necesitaba encontrar resguardo antes que llegara la noche, en la noche saldrían las bestias nocturnas a cazar, sin sus armas y sin resguardo, era presa fácil, mientras avanzaba vio un ciervo, este le observo y ambos se vieron uno al otro, era un macho, grande y fuerte, las dos cabezas le veían detenidamente, a Patrick se le  antojo que el ciervo le matara con su enorme ornamenta, seria rápido supuso, el ruido de un  disparo resonó a la distancia, el ciervo cayó herido, Patrick  observo a su alrededor, un hombre y un niño salieron de unos matorrales;
-¡no hagas nada estúpido!
Ordeno el hombre de unos cincuenta años, el niño llevaba el rifle que había matado al ciervo, el anciano un revolver, Patrick alzo las manos y les sonrió;
-¿con quién estas?
Cuestiono el hombre;
 -con nadie.
Contesto Patrick;
-¿eres de los saqueadores?
Patrick le miro;
-no, unos saqueadores atacaron mi hogar.
Patrick observo al hombre, el cual le registro de pies a cabeza;
-ya, puedo desmayarme.
Dijo Patrick que se dejó caer al suelo y perdiendo conocimiento.

Patrick abrió los ojos, estaba en una cama, dentro de una cabaña, era observado por el cazador que llevaba una escopeta;
-no hagas nada estúpido.
Patrick suspiro y se recostó de nuevo;
-¿Cuál es tu nombre?
Patrick le observo;
-Patrick Jhonson, solía vivir en la cañada de los muertos.
El hombre le observo;
-ese lugar está plagado de zombis.
Patrick le observo;
-yo los llamo calcinados.
Una mujer se asomó de la puerta;
-aquí está la cena.
Dijo una mujer que les traía platos;
-espero que este nuevo amigo tuyo no se quede.
Patrick sonrió;
-me iré en cuanto pueda señora.
Dijo Patrick y vio marcharse a la mujer y ambos comieron frijoles, aquellos eran los mejores frijoles que había probado en su vida;
-me llamo David Swann, estas en mi humilde morada, con mi familia, así que si prometes ser bueno con mi familia no me veré en la necesidad de volarte los sesos.
Patrick asintió, dos niños entraron a la habitación, el mayor era el que había llevado el rife de caza, la otra era una niña de tan solo ocho años, llevaba un osito de peluche;
-Jhon, Lisa este es Patrick un amigo que se quedara solo unos días.
Ambos saludaron;
-te dije que era el hombre más feo que habrías visto.
Dijo Jhon, las luces fueron apagadas, la esposa de David entro asustada;
-los zombis allí vienen.
Advirtió la mujer, rápidamente apagaron las luces, todos guardaron silencio, tras las paredes se empezaron a escuchar arañazos, Lisa abrazo a su padre, en la puerta se arremolinaban los zombis gruñendo y rugiendo, Patrick se paró;
-¡quédate quieto con un demonio!
Le ordeno David, Patrick se paró y corrió contra la puerta y la golpeo, empezó a rugir de una manera gutural y asquerosa, David apunto con la escopeta, los seres de afuera rugieron y golpearon la puerta y lentamente se marcharon rugiendo, David observo a su esposa con sorpresa, esta le hizo bajar la escopeta, Patrick se sentó en una silla del comedor, David se paró, llevo a su esposa e hijos a su cuarto a dormir, después fue con Patrick y se sentó a su lado sirviendo algo parecido al café, una infusión negra, el olor era horrible, pero el sabor era muy bueno;
-¿Cómo hiciste eso?
Le cuestiono David, Patrick sonrió;
-mi hermano, él y yo solíamos vivir solos allí en la cañada de los muertos, éramos normales, pero el, en sus investigaciones sobre la radiación se volvió uno de ellos, al verlo me dio tanto miedo, tenía unos doce años, el me vio, dentro de él aún estaba su alma, cerro el puño y vivió entre ellos, poco a poco perdió todo rastro de su memoria, no hablaba, pero siempre volvía y me cuidaba, parecía que nunca dormía o a menos no dejaba que yo lo viera dormir, quizá tenía miedo que lo matara, pero por las noches siempre me cuidaba, se sentaba en la silla del comedor y me observaba, siempre tarareaba una canción, creo que era una de Jhony Cash.
Ambos sonrieron;
-tengo sueño, mañana vamos a tu campamento en la camioneta, por ahora voy a dormir un poco.
Patrick le sonrió y se quedó en la oscuridad y la soledad del comedor.

La mañana siguiente amaneció a la hora de siempre, el amanecer un gris amanecer, como siempre los días eran grises, la gente decía que nunca se retirarían las nubes de polvo y radiación, Patrick abrió los ojos, Jhon le observaba sentado apuntándole con un revolver;
-¡baja esa estúpida arma!
Le ordeno su madre, Jhon obedeció de mala gana;
-¿Por qué tiene que quedarse este indigente?
Patrick solo escuchaba;
-este indigente nos salvó la vida anoche, cállate el maldito hocico.
La madre de un golpe desarmo al chico y este se fue furioso a su cuarto;
-disculpa, está en la edad.
Patrick asintió;
-no lo culpo, son días difíciles, él lo sabe.
La mujer preparo el desayuno, mas frijoles con carne de venado frita, era el olor tan delicioso, pero no lo fue tanto como la carne, Patrick comió cada pedazo de carne, los huesos los chupaba hasta quitarles toda la carne, todos en la mesa le observaban, pero este les ignoro por completo;
-los zombis por suerte se comieron los deshechos del ciervo, festejo David.
Patrick dejo de comer;
-no los tires, guárdalos.
David le observo;
-¿Qué?
Cuestiono David;
-los deshechos, puedes utilizarlos para atraer un par de esos zombis y tenerlos como perros, así los demás calcinados se mantendrán alejados.
Aquello hizo a toda la familia hacer muecas de asco y terror;
-lo de ayer lo vi con unos calcinados que mi hermano llevo, los teníamos como perros, los calcinados pueden aprender, al final de cuentas son territoriales y convenencieros, buscan lugares cómodos para dormir, como los perros.
Aquello no gusto a nadie, tras comer, Patrick y David subieron algunas armas y algo de provisiones de agua y comida a la vieja camioneta, Lisa llevo un galón de combustible, Patrick se despidió de su familia y ambos marcharon en el viejo camino, tras llegar a la cañada de los muertos, Patrick daba instrucciones;
-¿Dónde están los zombis?
Patrick sonrió;
-en esta cañada lo último que debe preocuparte son los zombis.
Dijo Patrick, esto sorprendió a David;
-allí.
Señalo Patrick, David vio la casa rodante, había estado en llamas, tras detener la camioneta ambos bajaron con las armas listas, Patrick observo todo su equipo y material destruido, tras abrir la puerta de la casa rodante una sombra corrió hacia él y se arrojó, Patrick disparo y mato a un zombi con el revólver, adentro David y Patrick vieron a un par de cadáveres de zombis, Patrick se agacho a verlos;
-¿tu hermano?
Patrick les observo;
-son Edward y Thomm, eran los que teníamos como mascotas, mi hermano aquí no está.
Patrick salió de la casa rodante;
-ayúdame, hay que sacar mi equipo.
David fue con él, no muy lejos, dentro de un carro descubrió los asientos, debajo de los asientos saco una caja, la abrió y David vio con sorpresa lo que allí escondía Patrick, allí había armas, una máscara de gas, un casco, equipo de protección para el cuerpo, un chaleco blindado, juntos subieron todo a la camioneta;
-¿Qué piensas hacer con todo eso?
Patrick sonrió y contesto;
-tomar venganza.
David suspiro y sin más condujeron de regreso a casa.