Anahí sonrió y entro por la puerta, estaba toda mojada, la
lluvia les había caído de sorpresa, su vecino, Adán McLoud sonrió y le presto
una toalla;
-gracias, eres muy amable.
Adán se sentó en el sillón de su sala;
-no tardará en llegar mi compañera de cuarto.
Adán sonrió y observo las noticias;
-¿eras tú?
En la imagen de las noticias se podía ver a las personas de
una marcha feminista que luchaban por el derecho al aborto;
-sí, éramos nosotras, luchamos por la causa.
Adán sonrió;
-¿Cuál causa?
Anahí se puso roja;
-¿no me vas a alburear?
Ambos rieron;
-no se ni que significa eso.
Ambos rieron;
-está bien, sé que eres extranjero así que te lo explicare,
en la universidad luchamos por tener el derecho de abortar, hay miles de
mujeres que mueren por abortos clandestinos y por eso queremos salvar vidas.
El joven se sorprendió;
-¿salvan vida, matando vida?
Anahí se sorprendió, pensó un poco;
-espera, me caes bien, no quiero salir mal contigo, me
entiendes.
Adán sonrió y dijo;
-la verdad no entiendo lo que tratas de decirme, solo veo
que no puedes defender tu propia ideología o lo que sea que defiendas, pero me
hiciste recordar una vieja leyenda de los indios Hoppi.
Anahí se sorprendió;
-pero no quiero aburrirte.
Anahí lo pensó un poco, sonrió y dijo;
-que más da, cuéntamelo, al cabo Diana llegara muy tarde.
Adán se sentó en el sillón y recordó como quien recuerda algo, algo que sabe, muy bien y de
memoria;
Los indios Hoppi son una tribu indígena de los estados
unidos, de los pocos que quedan, estos adoraban a los dioses hormiga, seres
amorfos y grotescos, los Hoppi les temían y les hacían sacrificios debido a que
estos dioses solían comer carne humana, pero a cambio de la servidumbre los
dioses daban dadivas a los pueblos Hoppi, si iban mal las cosechas hacían que
lloviera, si la tierra era infértil la hacían brotar de nuevo, eran sabios y
poderosos, muy temidos, pero en aquellos años de entre las estrellas llego un mensajero,
un ser deforme y monstruoso, los indios Hoppi hablan de él, como el Dentado, un
lleno de bocas y dientes, este ser convenció a los dioses mismos de servir a su
nuevo amo, un ser innombrable que los Hoppi cuidaron de no escribir, los dioses
se sentaron a adorar a este nuevo dios quien dividió a los dioses en grupos y
los puso unos contra otros, pero se aseguró de algo muy importante, que los
mismos dioses dieran a sus hijos natos o no natos a las fauces de este nuevo supremo
dios maligno, los no natos morían en los vientres de sus madres, los nacidos
eran sacrificados y los que ya eran pre pubertos y adolescentes se les contaminaba
con la maldad misma de este dios supremo, de pronto los dioses dejaron de
llegar a las tierras de los Hoppi, la naturaleza y el entorno se volvió terriblemente
hostil, por lo que clamaron a los cielos de nuevo a sus dioses, pero nadie les
contesto, cuando creyeron todo perdido, fueron visitados por los hombres
luminosos, seres de luz parecidos a ellos y a estos preguntaron por sus dioses,
los seres hormigas, los hombres luminosos les dijeron que su planeta fue
arrasado por el dios supremo, este dios supremo, que los hombres luminosos ya conocían
y odiaban sus prácticas, destruyo a todos los dioses hormiga exterminándoles si
no a todos, a la gran mayoría, desde entonces los indios Hoppi temen el regreso
de este dios supremo malvado.
Anahí estaba sorprendida, Adán le observaba con atención;
-son solo leyendas de pueblos aborígenes e indios
supersticiosos.
Adán sonrió;
-eso lo dices tú, no estuviste allí.
Anahí sonrió;
-tu tampoco.
Adán miro para otro lado como si quisiese ocultar algo;
-tu modernidad que tanto defiendes es la adoración a un
culto de un dios pagano y nefasto que ha estado muerto por eras, pero tus líderes
mundiales quieren despertar a toda costa.
Anahí quedo perpleja, la voz de Adán la había escuchado
incluso en su propia mente, arriba se escuchó a la compañera de cuarto de Anahí;
-¿Anahí, estas allí?
Anahí salió tomo sus cosas y se despidió;
-bye, charlamos luego.
Anahí fue con Diana y se la topo en las escaleras;
-¿Dónde estabas?
Anahí sonrió;
-corrí por la lluvia, por cierto, el vecino de abajo es un
poco raro, muy patriarcal.
Diana sonrió;
-si lo sé, pero es guapísimo.
Ambas rieron, entraron a casa y cenaron, café y galletas de
avena con un café mientras leían un libro, Anahí se cansó primero y se fue a
dormir temprano, tras mirar el celular por unos minutos, cayo rendida al sueño.
Anahí abrió los ojos mientras sentía que caía, caía en la
nada;
-esto es solo mi mente, es que me caí de la cama.
Dijo en voz alta tratando de componerse, pero seguía cayendo,
de entre la inmensa oscuridad en la que se encontraba, vio a una persona
caminar hacia ella, era un niño de al menos diez años;
-¿Cómo puedes caer, si no sabes si hay arriba o abajo?
De pronto cayó a un suelo duro y frio, como pudo se levantó;
-¿Qué clase de sueño este?
El niño la observo;
-no lo sé, tu eres la que llego aquí.
Anahí se sentó y pensó;
-esto es culpa de Adán, él y su estúpido cuento de los
indios hoppi.
El niño la observo con atención;
-¿indios hoppi?
Pregunto el niño;
-sí, una chorrada sobre dioses antiguos y muertos.
El niño sonrió de manera cínica;
-quieres volver a casa, te llevare yo mismo.
Ambos caminaron en ese mar de oscuridad;
-¿qué es este lugar?
Cuestiono Anahí;
-lo llaman Exeter, una tierra de nadie, en medio de todo, un
espacio vacío y muerto.
Mientras ambos avanzaban Anahí vio extrañas siluetas en las
sombras, ojos rojos y azules flamígeros y nefastos;
-no te harán nada mientras yo este contigo.
Anahí sintió miedo;
-¿Qué son esas criaturas?
El niño sonrió;
-los llaman los
dioses del abismo, seres nefastos y monstruosos despreciados por el mismo
creador del universo, eran tan terribles y demenciales que se alzaron contra su
propio creador y este los condeno a este lugar sin salida.
Anahí apresuro el paso;
-espera.
Un presentimiento le hizo sentir cierto miedo y horror;
-tú también estas aquí y me da la impresión de que te estoy
guiando.
El niño sonrió y alzo la mano y los seres de ese lugar
rugieron y chillaron y todos huyeron dejándolos solos, el niño empezó a caminar
por delante de ella, pero Anahí escucho a los seres regresar por lo que se posó
al lado del niño;
-en la biblia dice que un demonio no puede atacar a los
demonios, entonces que eres.
El niño sonrió;
-si dios y el diablo tuviesen un juego de futbol, yo sería
el campo.
Anahí se sorprendió;
-es de tu película favorita, jóvenes brujas.
Dijo el niño, Anahí se sorprendió;
-¿Quién eres?
El niño guardo silencio con una sonrisa macabra;
-mira.
El niño mostro al cielo, allí, en lo que parecía un ojo se podían
ver las estrellas, los cielos estelares y las galaxias como nunca nadie lo había
visto, ni lo vería;
-ese es tu camino a casa, será mejor que te vayas.
El niño empezó a alejarse de Anahí;
-espera, no puedes quedarte aquí, es peligroso.
El niño sonrió y su cara empezó a deformarse y tras de él se
formó una silueta nefasta, algo parecido a un dragón con incontables cabezas,
el espectro que se volvió el niño dijo con una voz monstruosa;
-pronto estaré con ustedes, búscame en San Juan de Arriba, allí
te estaré esperando…
Anahí sintió que era jalada por algo o alguien, ella quiso
luchar pero no pudo, sintió ser jalada y ser arrastrada por espacio vacío, vio
los planetas, las galaxias y las estrellas, reconoció los planetas del sistema
solar para terminar cayendo a la tierra, a su casa de apartamentos directo a la
ventana, donde permanecía colgada de las manos de Diana, Doña Sofía que le
rentaba y Adán que con toda su fuerza logro meter a Anahí por la ventana;
-¿Qué paso?
Pregunto Anahí;
-¡tú, maldita loca te querías arrojar por la ventana!
Anahí se sorprendió;
-bueno, parece que lo peor ya paso.
Dijo Doña Sofía, Adán se despidió;
-tengan cuidado.
Mientras todos se retiraban Diana preparo te para Anahí, en
la puerta observaba el nieto de Doña Sofía;
-vente niño.
Le ordeno su abuela, el niño observo a Anahí y le dijo;
-Pronto estaré con ustedes.
Dijo el niño, dejando aterrada y llena de dudas a la pobre Anahí.