Bajo la luz grisácea de los tiempos remotos,
un grito surco los cielos del crepúsculo de la muerte
los hombres vieron al cielo que moría en lamentos
sus lágrimas llenaron los espacios vacíos e indescifrables
vieron con horror la caída de Eternia la ciudad de los hombres
mil y un vírgenes lloraron en terrible lamento
los antiguos sacerdotes se rasgaron las vestiduras
la sádica risa de demonios enloquecidos rechinaron distantes
los hombres perdía su bastión de luz su conocimiento
ignotos sueños fueron soñados la caída del hombre fue pronosticada por los mismos hijos de la muerte primigenia
moribundos todos caeremos como Eternia luz del pasado oscuridad presente y muerte venidera del hombre...
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