jueves, 1 de septiembre de 2011

Las puertas de los otros confines

Los cielos veía yo con excitante deleite, observando los placeres olvidados y perdidos de esta estéril humanidad, las nubes empezaron a llegar de lugares distantes aquel día cálido y veraniego el cual se volvió frío y maligno, de repente todo quedó en silencio, unos matorrales que movía el viento alegremente solo apenas unos momentos quedaron quietos y en aquel silencio siniestro, fue en ese momento que cayó del cielo aquel objeto monstruoso, la multitud de la ciudad salió a ver aquel demencial artefacto, la gente salió de todos lados, de sus carros, comercios, todos querían ver aquel objeto que se había precipitado hacia la atmósfera, pero que por una razón desconocida se alzaba sobre la ciudad, aquella forma terrible era la de una pirámide triangular, de un momento a otro aquella pirámide empezó a vibrar, poco a poco empezó a abrirse, el temor y la expectación hizo temblar la misma tierra, de aquella temible figura empezó a emerger una a una de las puntas asimétricas las cuales continuaban desfragmentándose, aquella luz era comparada con los colores del neón, pero a decir verdad no era nada parecido, pues los colores explotaban en matices jamás soñados, entonces la pirámide se abrió y con esto las puertas de los otros confines, a esto fue respondido con otra luz proveniente de la misma tierra, la gente caía muerta mientras aquella luz emanaba de sus cuerpos ya muertos, esta luz de ígneos matices formó una monstruosa corriente que ascendía a la pirámide, la tierra volvió a estremecerse, pues de aquel remolino de luz se oían voces vivas gritando con horror dentro del remolino, para horror mío lo entendí muy tarde, eran las almas de las personas, algunos sobrevivientes gritaron que aquello era el apocalipsis, pero por alguna razón yo sabía en mis adentros que era aquello, era el llamado del señor del caos y este alzaba su mano, mi alma fue llamada, sin temor fui al remolino, a través de aquel portal de la muerte donde vi las cortinas del universo y el señor oscuro me llamaba, desperté en medio de un terrible dolor, no conocí el mundo que me rodeaba, era el mismo mundo estéril y moribundo mundo humano, pero entendí que el señor del caos me llamaba y yo contestare su llamado... 

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