.-¿bueno?-.
Contesto el teléfono Joan Andrew Mathison;
.-hola Joan, ¿me recuerdas?-.
El joven sonrió, la voz femenina coqueta no le pareció familiar;
.-no, pero podrías darme una pista-.
Dijo en tono galán Joan;
.-podrías asustarte-.
Dijo la voz con una risa fresca, casi coqueta;
.-huy asustame-.
En el auricular suenan voces, gritos de lo que al parecer es una fiesta, la voz de una joven mujer rompe en llanto y grita horriblemente;
.-¿que clase de broma es esta?-.
El silencio regresa a la linea, la voz contesta;
.-ya te olvidaste de nosotras, Joan, recuerdanos, tu me conociste en un bar, tus amigos y tu me drogaron para después...-.
En la linea se oyen gritos de dolor de una joven, las voces de los jóvenes gritan;
.-el brazo cortale el brazo!-.
Joan se pone terriblemente nervioso;
.-quien quiera que seas basta!-.
Joan cuelga el teléfono, se pone nervioso, va a su refrigerador, pero algo le detiene, piensa por primera vez con terror en todos y cada una de sus fiestas sádicas que tuvo con sus amigos de la universidad, una cerveza le caería bien, pero tiene miedo de abrir la nevera y ver una cabeza humana gritándole, por eso mejor se va a ver la televisión, la cual enciende sin problemas en el canal de música juvenil, sonríe, esta nervioso se dice, va a la nevera, la abre y entonces ve, sus budweisers y coronas están ahí, esperándolo, sonríe, toma una corona, se dirige a su sillón favorito cuando se detiene, se da media vuelta aterrado, el no bebe budweiser, pero la joven, una de tantas la cual supone le llamo, ella bebía budweiser, esa misma noche que la drogaron y se la llevaron para violarla y sadomisarla, Joan abre la nevera y allí están, no se mueven, ni gritan, ni lloran, pero están allí, si se cayeran, explotaran, todo tendría sentido, esta loco y no pasa nada, pero eso es real, muy real.
La policía horas mas tarde visitaría el apartamento, les llamaría poderosamente la atención los diferentes candados, seguros, broches de seguridad instalados en la puerta del joven, quien los instalo no quería que nadie saliera de allí, ningún vecino recordó haberlos visto antes, ni tampoco cuando fueron instalados, ni por quien.
Joan al ver las cervezas sintió un escalofrío, cerro la nevera, regreso a la sala, cerveza en mano, se sentó y vio la televisión, horas mas tarde la policía descubrió que un de los generadores cercanos al domicilio exploto sin motivo aparente, la luz en todo el edificio se vino abajo, Joan sintió miedo, para su sorpresa solo había una luz en la habitación, esta era la luz de la nevera, Joan vio con horror las cervezas, retiro su vista y el teléfono sonó, Joan levanto el teléfono y escucho por el auricular, un zumbido horrible, el tímpano le reventó y Joan arrojo el teléfono, como la policía se daría cuenta, a Joan había le había explotado un tímpano, en el auricular se escucharon risas de mujeres jóvenes, pero quien hubiese escuchado aquello se hubiese estremecido, eran risas cínicas crueles y malsanas, Joan tomo el auricular y grito;
.-déjenme en paz!-.
La voz de la joven dijo seria;
.-no podemos, hasta que aceptes hablar con nosotros-.
Joan furioso golpeo el teléfono quebrándolo, corrió hasta la puerta la cual permanecía cerrada desde el exterior con mas de siete seguros, candados y chapas, una niña de seis años despertaría al oír los golpes, diría a su madre que vio a una joven mujer jugando con su teléfono de juguete, la mujer le entrego su osito de felpa y la niña volvió a dormir, desde este punto la policía reconstruye los hechos con mucha imaginación, aquello que hablaba por teléfono se presento arrastrándose por toda la sala, Joan se sentó a beber cerveza junto aquello, un policía sugiere a Joan hablando con mujeres destrozadas y cercenadas, Joan bebió todas sus cervezas excepto una, la cual era para su invitada, Joan salio de su casa, con el arma homicida y perpetro el atentado.
En el departamento del joven encontrarían la evidencia de los crímenes de Joan, una laptop con vídeos de asesinatos y homicidios sadistas, en algunos participaba Joan junto a seis compañeros, los mismos que el Joan mato a sangre fría, uno de los vídeos era de una joven de la universidad de nombre Cyndi, la cual no estuvo presente durante el tiroteo, la policía al recopilar todas las evidencias del caso ordeno archivarlo y olvidar el caso.
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