martes, 6 de diciembre de 2011

San Sebastian Oblivion (Creepy-pasta)

Un grupo de capitalinos deambula por los caminos terregosos del país, un anciano les pide un aventon y estos se lo conceden, mientras conducen, los capitalinos le preguntan por historias de terror, el ansiano ríe y contesta, aquí en san Sebastian oblivion los muertos regresan de la tumba, gracias al nigromante, algunos jóvenes sonríen, ese hombre vuelve las noches sus días, deambula con su capa negra, una ocasión dona petra se le murió el marido un viernes, el sábado ya le tocaban la puerta, dona petra le decía, vete a dormir viejo al camposanto, el muertito le contestaba, vieja, tengo frió vieja, dona petra le saco una colcha para el frió, la mañana siguiente encontraron la colcha sobre la tumba del viejo, otra ocasión lucia una chámaca de 15 anos se le murió el novio de 18, en la madrugada que se le aparece en la puerta, rápido que la chámaca lo mete y ambos pasaron la noche juntos, la mañana siguiente la chámaca se perdía, la familia la busco en la tumba del novio y allí estaba, ambos abrasados cariñosamente en el ataúd, el no vino por ella, si no que ella se fue con el, pero a veces les sale el tiro por la culata, la familia Cisneros ya se mataban por la herencia del viejo, uno de los hijos que manda a desenterrar al padre y se lo llevan al nigromante, se lo arrojaron en el petate, hasta la leche se hecho a perder ese día de tanto que apestaba, pero el viejo regreso de la muerte a reírse de ellos, el viejo no les quería dejar nada a nadie, por lo que lo regresaron a la tumba y se repartieron aquello en partes iguales, los jóvenes reían, otros oían asombrados, ¿pero por que nunca le detuvieron?, cuestiono un joven, ¿al nigromante?, detenlo tu si puedes, ese hombre imaginate si puede traer a los muertos de regreso que no le hará a uno, capas que te mata y te vuelve a matar, o te encadena a los taciturnos, unos muertos que ya olvidaron quienes son, se pelean todo el tiempo en el sótano del nigromante, bueno yo aquí bajo en cementerio, un joven cuestiono, a poco es usted un muerto, el anciano sonrió y prosiguió, ¿oiga viejo a poco usted cuida el camposanto?, cuestiona uno de los capitalinos, no hijo, me voy a dormir, ninguno de los jovenes lo comprende hasta que ven al anciano entrar a la capillita, que no es otra cosa que una tumba, un escalofrío recorre sus cuerpos, una marcha fúnebre avanza, llevan un muerto a enterrar, una de las mujeres, al parecer la viuda le dice al cajón, pinche viejo cabrón nomas que sepa que sigues visitando a las cantinas después de muerto, recuerda que cuando llegues a casa me tocas tres veses, los jóvenes de la capital del país salieron de allí a todo motor para no volver jamas..

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