lunes, 19 de diciembre de 2011

Historias de un Reino

La mirada de los tres guerreros observó el continente muerto, extrañas ciudades y pueblos vacíos se extendían hasta dónde llegaba la mirada, horrores silenciosos apenas murmuraban entre las misteriosas columnas de edificios, que alguna vez fueron castillos, o al menos eso les pareció a los tres guerreros, se trataba pues de la más horrible visión que hubiesen visto, se trataba de incontables ciudades y pueblos en la ruina, quien hubiese visto aquella imagen  tendría miedo, el joven príncipe humano si bien estaba sorprendido no tenía miedo, el gran señor de los elfos del sur sintió un escalofrío, la tierra en la que pisaba mostraba con dolor el vacío de cualquier planta, árbol o hierba creciendo en él, en esta ciudad la tierra estaba envenenada, el señor de los enanos del  este sintió náuseas, ningún pueblo, ninguna ciudad, ninguna otra civilización había desaparecido como esta, se habían vaciado casas, todos los lugares, habitados ahora por seres que se arrastran y murmuran cosas profanas en lenguas muertas, el príncipe  cuestionó;
.-¿Dónde hemos llegado?-.
El  elfo le contestó;
.-Esto es VoltTerra, la ciudad de los altos hombres-.
El príncipe sintió un escalofrío;
.-De aquí provienen todos los hombres, de todas las latitudes, del norte y del oeste-.
Dijo el enano;
.-Que los dioses me libren de ser descendiente de tales seres-.
El elfo sonrió;
.-No pongas   pena en tu corazón, los altos hombres fueron la raza más grande que hay habido sobre la faz del Reino mismo-.
El enano sonrió;
.-Dicen los antepasados que los altos hombres llegaron a las estrellas y sobrevolaron el manto estelar, con tecnologías desconocidas y misteriosas máquinas más allá de nuestra imaginación-.
El príncipe observó a sus compañeros;
.-¿Y de qué le sirvió si se han extinguido en el misterio de las eras?-.
El enano y el elfo regresaron su vista a la tierra muerta;
.-El sueño más grande es el de la egolatría, ¿qué sueño a consumido al soñador embaucandolo a la muerte?-.
Nadie contradijo al príncipe;
.-Marchemos pues-.
Los tres guerreros avanzaron cargando sus pesadas armas, sin saber que eran perseguidos por los misteriosos seres que habitaban  dicha ciudad, seres innombrables que se arrastraban con el peso, que murmuraban  y gruñían, relamiendo se los dientes de tan sólo pensar en poner las guerras sobre ellos...

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