Carmen observo la entrada
de la mina, abierta como una entrada hacia los abismos, como el
hocico de un lobo abierto, el aire que salía de aquella cueva era
asquerosamente irrespirable, Daniel observaba atento, ninguno de los
dos tenía ganas de entrar, pero tenían la sensación de que no era
necesario, ambos esperaban que sus demonios salieran corriendo de
allí, no obstante no pasaba nada de eso, simplemente había un
silbido producido por el aire que al chocar con las paredes interno
de la mina producían la sensación nefasta de que algo duro de esa
cueva les estaba esperando, no era quizás la sensación de miedo la
que los tenía al borde de un colapso nervioso, se trataba única y
exclusivamente enfrentar a sus demonios internos, los cuales se
arrastran muy por dentro de tu conciencia, esperando algún día
poder salir y caminar a tu lado, a todo esto, se le unia la sensación
de que la muerte estaba próxima, hacía mucho tiempo que ninguno de
ellos había sentido esa sensación y quizás sería la única vez
que lo sentirían, al igual que el amor y todas sus ridiculeces, el
horror más profundo rara vez se conoce, llevando los sentidos al
grado del desquebrajamiento de la columna vertebral de lo que se
considera una realidad absoluta y abstracta, enseñando facetas
monstruosas y casi indescriptibles, no se trata del miedo, se trata
de enfrentar a los demonios, a los demonios internos, los cuales
según dicen son mucho peores que los demonios que andan sueltos por
el mundo;
-carmen hay algo halla
abajo-
Dijo Daniel que observaba
aquel endemoniado agujero;
-lo se, también puedo
sentirlo, es como si nos observase-
Desde dentro de las
cavernas, un ser comenzó a subir en busca de alimento, este ser
amorfo había reptado por mucho tiempo en busca de alimento, sin
embargo hay veces en los que se le antoja salir por alimentos
frescos, carne y huesos, aunque ese no es su alimento especial, hay veces
que se le antojó un bocadillo, mira el agujero por el cual entra el
aire fresco, preparándose para alimentarse;
-carmen-
Dijo una voz, el joven
camino afuera de esas cueva, carmen lo observó con atención;
-por fin viniste a mi-
Carmen tembló de miedo;
-no es real-
Advirtió Daniel;
-oye Daniel, vamos a
golpear a ese gordo cara de culo-
Dijo una voz dentro de la
cueva, salió una silueta y observo atento a Daniel, éste era o fue
uno de los amigos de Daniel en su juventud;
-Miguel,¿eres tú?-
Carmen observó a Daniel,
Daniel sintió un escalofrío y observó con atención a carmen,
ambos tenían miedo, aquello era imposible, atrás de ellos, una luz
resplandeciente aparecio, como en los cuentos de antaño, en los que
aparece un ser fantástico cubierto de luz pura, blanca y brillante,
porque así se suponía que debía ser, así se suponía debía de
haber sido, un helicóptero sobrevoló el cielo, acto seguido se
escuchó un fuerte sonido comparado al de una explosión, una persona
corrió y se colocó frente a ellos y disparó un rifle de asalto,
otro dos militares aparecieron y jalaron a carmen y a Daniel,
sacándolos de aquella escena, los militares retrocedieron, carmen y
Daniel vieron algo aterrados, donde habían visto a seres de su
pasado, permanecía una especie de insecto gigante, con ojos
luminosos, muy parecido a los grillos, mas sin embargo no poseía
patas, sino más bien una especie de membranas con las cuales se
arrastraba, los militares disparaban armas de gruesos calibres, en
especial el helicóptero el cual disparaba una ametralladora de
mazorca, un par de tanquetas disparaban ametralladoras de calibres 50
mm, para carmen y Daniel todo aquello era confusión, sin embargo
ninguno de los dos se sintió desprotegido, un hombre vestido de
negro se acercó a ellos les observó atento, vestía una gabardina
negra y tenía pelo largo, no les dijo una palabra, simplemente se
dedicó a observar que estuviesen en buen estado de salud, después de
varios minutos de refriega, el ser al fin cayó muerto, por lo que
procedieron a colocar explosivos a través de un lanza minas, para
después detonarlos para así abrir a este ser, el helicóptero y las
tanquetas dispararon de nuevo, el ser lanzo un chillido de muerte, en
el que carmen escuchó a su alguna vez novio gritar lleno de terror,
el hombre vestido de negro le puso las manos en la cabeza pareciendo
que le daba un masaje, carmen dejo de escuchar aquel ruido infernal,
una joven vestida con traje militar le dijo a este;
-se ha procedido a
destruir los nueve corazones-
Este hombre contestó;
-traígan los equipos de
limpieza, procedan según los planes-
La joven se retiró y dijo
algunas palabras inaudibles a un militar de alto rango, pero al
parecer bajo las órdenes de aquel misterioso hombre de negro,
momentos después fueron llevados a un vehículo, un Honda civic no
muy nuevo, el hombre les ofreció un cigarro a cada uno y ellos lo
aceptaron sin chistar;
-¿qué sucedió aquí?-
El hombre de negro
contestó con una sonrisa;
-podría decirte varias
cosas, las cuales ninguna entenderías, sólo guarda silencio no
tienes nada que comprender-
Así fue como en varios
minutos terminó todo, arribaron varios camiones de carga del
ejército, así como dos trailers, uno de estos permanecía vacío,
otro parecía ser usado como centro de operaciones de aquellos
militares, la joven militar se acercó al hombre de negro y hablaron,
para después juntos subir al carro, carmen y Daniel vieron cómo el
carro encendía y eran llevados a un nuevo lugar;
-¿a dónde nos lleva?-
Preguntó Daniel;
-a puerto Vallarta, los
dejare en un hotel, allí podrán ustedes marcharse o hacer lo que
quieran-
Daniel cuestionó;
-¿pero qué ha sido eso?,
¿fue real?-
La joven y el hombre de
negro rieron;
-te podría decir mil
cosas, lo que fue, lo que no fue, al pero al fin de cuentas
simplemente fue lo que tú quisiste que fuese, cuando te deje en el
hotel, podrás ir corriendo a los noticieros, a los periódicos, pero
nadie me va creer su historia, simplemente olvidalo, escribe un libro
o has algo productivo de tu vida-
En la entrada a puerto
Vallarta, en el hotel cristal los dejaron, el vehículo arrancó y se
marchó sin decir nada, mientras carmen y Daniel se veían uno a otro
sin entender nada.
Seis meses después
Carmen acariciaba su panza
de embarazada, esperaba atenta la llegada de Daniel, no había ido
trabajar en una semana debido a los constantes mareos por el
embarazo, Daniel por fin llegó, entró con una sonrisa mientras
sostenía un libro, ella sonrió, le abrazó y besó y ambos vieron
el libro recién publicado;
-el demonio de la mina, es
un nombre poco original-
Daniel río;
-quizá, pero mucha gente
lo ha leído y les encantó-
Carmen sonrió;
-espero que con esto
cierre el círculo-
Daniel sonrió;
-aquí termina esta
pesadilla-
Carmen leyó un párrafo
del texto;
-a través de la
obscuridad, se que estás allí para mí, esperándome,
protegiendome, a través de la oscuridad tú estás ahí, pero
cierras los ojos y me abandonas, porque sabes que es lo mejor, tú y
yo sabemos que algún día nos encontraremos, en otro lugar, en otro
tiempo, pero lejos del oscuridad, sólo me resta sonreír y nunca más
volver a ver tu silueta a través de la oscuridad...
Carmen sonrió, Daniel fue
la cocina a prepararse de cenar, carmen observó a través de la
ventana de su apartamento a un hombre vestido de negro, con una
gabardina que observa fijamente hacia su ventana, el hombre fumaba
tranquilamente mientras esbozaba una sonrisa, entonces carmen lo
supo, todo había terminado, el hombre subió a su vehículo, un
Honda civic, para perderse en la ciudad y nunca más volver a
verle...
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