viernes, 21 de diciembre de 2012

A través de las lunas de Júpiter


En los espacios vacíos que se abren a través de los cielos obscuros nocturnos, dentro de la masa uniforme de los millones de capas de luz que atraviesan el universo de los trillones de estrellas que hay en él, permanecen como mudos testigos de nuestro avance como raza en el universo, pues mientras no haya pruebas de la existencia de otra especie pensante, no se puede decir que en este universo hay una diversidad de inteligencias selectivas sino más bien una sola rasa en busca de respuestas a preguntas vagas.

Las teorías sobre inteligencias extraterrestres y pensamiento universal son de risa pues hacen a un lado la capacidad del ser humano para idear, diseñar, construir lo mucho o poco que se ha logrado en este planeta, como rasa superior de este planeta deberíamos de enfocarnos en verdaderas maneras de pensamiento a favor de nuestra expansión en el universo y no como seguir viviendo solamente en un grano de arena del universo.

Las teorías inverosímiles sobre extraterrestres y seres alienados a nosotros son parte fundamental de la teología universal de la estupidez que nos señala que no somos capaces de nada, siendo estos mitos parte de nosotros para hacer nos menos en un universo de constante cambio y de posibilidades casi infinitas, no se puede creer tales barbaridades y mentiras, pues mientras no se hayan comprobado las hipótesis sobre existencias inteligentes más allá de este planeta, simplemente son puro temor y miedo que se siembran en la mente de las personas, a través del subconsciente del ser humano.

El pensamiento es quizás una de las más grandes proezas del ser humano, que nos ha llevado a grandes e impresionantes logros científicos en el planeta, sin embargo el miedo desconocido, la ignorancia o simplemente la pura estupidez nos mantienen arraigados en un terruño alejado de las maravillas universales potenciales que nos rodea.

Sin embargo, el pensamiento científico también ha traído males innecesarios a esta rasa, tomando en cuenta que somos parte de un sistema evolutivo que se complementa a través de la coexistencia entre seres de la misma raza, no deberían existir males como son la eugenesia por poner un ejemplo.

Todo esto cavilaba yo mientras observaba bajo el manto estelar las estrellas y constelaciones de un sombrío paraje que es una playa pública bastante concurrida por el día, pero un solitario lugar después de medianoche, en ocasiones las parejas de enamorados dan algunos recorridos románticos, y otros hacen de este lugar su hotel público, sin embargo la playa permanecía sola en circunstancias extrañas, pues ni siquiera la guardia de la playa habían pasado en sus recorridos a bordo de sus cuatrimotos como es su costumbre a estas altas horas de la madrugada.

Mientras mi pensamiento divagaba sobre el pensamiento científico, los aciertos y los errores del ser humano y su existencia, quede maravillado ante las miles de millones de estrellas que se abrían a su paso a través de los cielos oscuros de aquella noche de verano, y me llenaban de cierta sensación de romántico pensamiento pro humanista, fue entonces que deje de pensar y me concentren observar las estrellas observando los campos estelares que se habrían, en los que estrellas y planetas mostraban su brillo a través de la capa atmosférica que nos rodea.

Mientras yo me sumía En las maravillas que contemplaban mis ojos, cierta sensación de frío llenó mi cuerpo, era extraño pues yo me encontraba en una zona bastante cálida, donde la temperatura más baja es de 23 °C, fue entonces que puse mi vista sobre un campo estelar rodeado de extrañas estrellas parpadeantes que brillaban de una manera misteriosa y sublime, como si siguiesen un ritmo misterioso lleno de luz y le caóticos y extraños motivos.

Impresionado por las imágenes que veía, permanecí quieto observando el campo estelar mientras las horas pasaban rápidamente sin darme cuenta, hipnotizado por aquellas estrellas y su fulgor fui testigo de una extraña alucinación que me llenó de terror y pánico, debo decir que no se trató de un efecto óptico, o una auto hipnosis, pues fue mucho más allá de una simple sugestión, mientras permanecía yo observando el campo estelar, las puertas de mi mente permanecían abiertas por lo que pudo casi cualquier cosa subconsciente haber causado tal efecto, tan duradero como lo ha sido hasta hoy esas imágenes extrañas y monstruosas.

Poco o mucho puedo explicarte de lo que fui testigo, muchos pensarán que solamente es un relato de una mente bastante soñadora y perturbada, y si bien puedo ser comparado con las personas que dicen haber sido abducidos por extraterrestres, en mi caso jamás perdí el conocimiento ni mucho menos dejé de darme cuenta del tiempo y el espacio que ocupaba a mi alrededor.

Mientras observaba el campo estelar, observando aquel misterioso grupo estrellas, tuve la sensación vaga de observar cómo los campos estelares se habrían para mostrarme imágenes impresionantes del universo en su contexto y contorno maravilloso, sólo si pude comprender que observaba la magnitud y la majestuosidad de un efecto óptico sin precedentes en los que podía observar las estrellas de manera casi cercana.

Por un segundo fui testigo de las maravillas del círculo de asteroides que nos rodea, pude observar las hermosas capas y magnitudes del sol en su fulgor ígneo y misterioso eterno, así como también las nubes de Venus y los anillos de Saturno, en ese momento se había yo que algo acontecía, pero estaba tan deslumbrado y maravillado que no quise dejar de observar, pues temía que la imagen desapareciera así como llego, puede ser testigo de Alfavika, Antares, La Osa Mayor, la Osa Menor, el cinturón de Orión, entre otras constelaciones que se abrían ante mis ojos de manera misteriosa y sublime llenándome de cierta sensación de tranquilidad y paz.

Mas sin embargo, no contento con todo lo que había visto, observe las capas más profundas del universo y allí fue donde se centró mi atención, por lo que pude observar estrellas desconocidas naciendo y muriendo, constelaciones extrañas y deformes, donde la sola idea de la geometría con las líneas rectas eran en sí una locura, un mundo donde no se rigen por paralelismos, sino más bien de simple existencia, donde el pensamiento es la lógica universal y no un pequeño centro dentro de una cabeza humana.

El más y mayor espectáculo de luces pasó a través de mis ojos llenándome de paz y asombro, no puedo ni siquiera explicar a detalle de lo que fui testigo, sin embargo se que quizás todo esto raya en la locura o en la sugestión o sueños.

Pero mientras vagaba por este extraño universo, mi pensamiento se centró en un pequeño planeta azul que me recordó mucho la tierra, en el cual la nubosidad lo hacía un hermoso planeta, donde los mares extendían de una manera céntrica y no global como en la tierra.

Fui testigode una curiosa tormenta de nubes que se centraban en el hemisferio este, o lo que consideré el este, donde las nubes desde el norte a el este se concentraban grandes cantidades de nubes que giraban en grandes proporciones misteriosas, que me hacian recordar los huracanes terrestres.

Maravillado por este lugar, de alguna forma decidí acercarme a observar, sin embargo es aquí donde puedo yo suponer, que quizá se trate de autosugestión o un sueño, porque escuché claramente una voz que me dijo en tono de advertencia;
-No te acerque demasiado al hemisferio este, las tormentas eléctricas podrían matarte-

Sorprendido ante aquello, ignoré aquella advertencia y me dirigí a observar aquel planeta misterioso, tan parecido la tierra, me acerqué hasta lograr ver desde la atmósfera la gran tormenta, sin embargo algo aconteció pues me vi envuelto en una caída precipitada a toda velocidad como si fuese yo un objeto estelar, puede ser testigo por un segundo del maravilloso planeta y sus extraños sus curiosas imágenes que llenaron mi mente maravillando la haciéndome ignorar quizás el peligro de una caída, suponiendo que si hubiese sido un sueño,La lógica instó mi cerebro que no podía sufrir daño en aquel sueño, sin embargo después de caer y observar desde el suelo la capa de los cielos de que el planeta, la cual parecía hecha un mar de auroras boreales en un espectáculo impresionante y hermoso, aquellas explosiones de luz caótica, terminaban en grandes rayos impactaban la el suelo y en más de una ocasión estos impactaban las montañas provocando que se rompieran y colapsara, en otros lugares los rayos caían en bosques provocando incendios forestales, de árboles curiosos y extraños los cuales tenían cierto parecido semejanza a los que alguna vez vi en un bosque cerca de mi hogar.

Fue entonces que un gran ruido irrumpió el lugar, el suelo tembló hasta partirse, fue entonces que me di cuenta que no permanecía en suelo, sino en un gran terruño de hielo que se expandía como si fuese una isla o algo más grande, incluso pudo haber sido el tamaño de un continente, Mientras se fragmentaba y se quebraba aquella masa de hielo, una sombra monstruosa brotó de los mares con tentáculos que serpenteaban en busca de algo, aterrorizado ante la imagen no fui capaz de moverme, aterrorizado olvide la noción del sueño, que se tornaba en pesadilla, mientras aquel ser marítimo buscaba alimento, pues eso es lo que pensé, simplemente yo permanecía allí observando, hasta que uno de los tentáculos se acerco a mi y permaneció frente a mi por un momento, una membrana se abrió, mostrando un ojo negro con una pupila obscura y con un centro blanco, el ojo se centró en mi y los tentáculos dejaron de buscar en otros sitios para dirigirse todos hacia mi, fue entonces que reaccione, traté de levantarme y correr, huir de allí lo más rápido que pudiese, los tentáculos me rodearon, y uno de ellos mordió mi brazo derecho y el dolor fue intenso y real.

En ese momento fui despertado por personal de la guardia costera, que permanecían impresionados y a la vez aterrados por mi reacción extraña y violenta, pues ellos se habían acercado para pedirme la retirada del lugar, fue llevado al hospital para ser valorado médicamente, y si bien comprobé que no había consumido drogas o alcohol, un doctor aseguró que quizás mi reacción se debió al ataque de un animal, quizás un perro debido a la herida de mi brazo, yo simplemente no pude decir nada más, preferí dejarlo así, Regresé a casa pensando y meditando qué había sucedido, las respuestas lógicas no caben, no tengo manera de explicarlo, sólo se que a través de las lunas de Júpiter, permanece un espacio vacío oscuro, en lo que extrañas estrellas, en extraños momentos brillan con fulgor ígneo y dan a los soñadores sueños hermosos y pesadillas detestables.

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