Rosaura 5

Estas solo como un maldito iceberg en la antartida, nunca te has considerado mal tipo, pero allí estas solo, de hecho un iceberg tendría mas compañía que tu, por eso los odias, a todos, cuantas veces has visto y vivido las mismas cosas, solo, en la eternidad, solo, ebrio en un bar sonando nada, viviendo la oscuridad, si las cosas hubiesen sido diferentes serias otro con una bella esposa, unos bellos hijos, los cuales protegerías del frió y del mal, pero no estas allí sentado en un bar en algún callejón del infierno, tu infierno, para de pronto darte cuenta que eres tan libre como el viento y tan prisionero como las montanas, te aburres de una vida que jamas comenso, por eso tomaste el revolver y te volaste los sesos, a nadie le importo, claro a esa miserable yunta de estúpidos que creías tus amigos ni si quiera les importo, pero ahora ves desde el techo de algún edificio del infierno algo tierno y suave, una joven mujer siendo perseguida por otros como tu, que quieren lo mismo que tu, pero tu eres especial, poses un rifle de franco tirador con mira telescópica, cargas el arma y te asomas por la mirilla, por accidente ves sus enormes pechos, comerías una semana solo de allí, pero regresas a lo tuyo, jalas el gatillo, que acciona el percutor y el mecanismo hace magia, la bala impacta a la cabeza del primer miserable, acomodate y date gusto, eres héroe entre villanos, bang, uno menos, bang  adiós cabeza, bang esa bala se perdió, impacto algún tanque de gas y algo exploto, bang uno mas pose un segundo ano en la cabeza, continuas así hasta que no queda nada, bajas atraído como abeja al azúcar, ella se esconde detrás de un muro, la encuentras con facilidad por que ese no es cualquier infierno, es tu infierno, la vez allí aterrada atrapada entre una pared y tu, te acercas, ella tiembla, tus genitales la recuerdan, tus manos se posan sobre las suyas, la hueles, en ese momento la poses como un animal salvaje, todo su cuerpo, todo su ser reacciona a ti quizá por el miedo, entonces recuerdas lo que es estar vivo, Seth sonríe.