lunes, 28 de noviembre de 2011

Consumismo eterno

En las universidades de los países se les ensena a los estudiantes a ser competitivos en los ámbitos de trabajo, estudio y mercado, ensenando que las personas somos herramientas y no seres humanos, por lo tanto eres útil hasta que te deshechan, por unas u otras razones, es triste como este simple tecnicismo se ha vuelto una manera de desechar personas, en las empresas y comercios manda la ley de abaratar costos y no la de mejorar servicios atravez de la mejora de percepción económica social de los trabajadores, estudios de empresas serias han descubierto como el ser humano al tener un trato digno y humano en su propia empresa o estudio aumenta su calidad de trabajo, por que lo no tiene la necesidad de buscar nuevos talentos pues la misma empresa los puede crear, pero el costo dicen la mayoría de empresas que prefieren exportar trabajadores a formarlos, siempre a costa de sobajar a quienes ya están contratados en estas empresas, los estudios universitarios se han convertido en lapida de millones de seres humanos, pues se les exige una linea de estudio con demasiado rictus, lo cual conlleva a la deserción académica, las capacidades del ser humano no son iguales ni equitativas, jamas seremos iguales unos a los otros, por lo que se debe buscar la forma de explotar los potenciales del ser humano cualquiera que estos sean, lamentablemente estamos en una sociedad ambigua, conformada por las máximas ideas del consumismo, cretino e inútil de siempre, el mismo que en menos de cinco anos nos a metido en dos crisis internacionales, sin contar las que vienen, yo me descarto de este inútil panorama, exijo como ser humano mi derecho a la vida, derecho a trabajar, derecho a informarme, pero de miles que levantamos la voz, millones guardan silencio, cómplices sin conciencia de la opacidad, primero muerto a morir de rodillas, dijera Emiliano Zapata, líder  revolucionario que incluso hoy en día es símbolo de la lucha por un mundo mejor mañana, digan no a la violencia, no a la injusticia, no a la segregación, no al consumismo eterno.

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