martes, 23 de abril de 2013

Wampyr 17


Tan lejos, tan cerca de nada, no, estoy cerca de la muerte, lo presiento, lo se...



La mirada de José se pozaba Sobre la gran cantidad de botellas de licor detrás de la barra de aquel tugurio nocturno, mientras que no muy lejos en la pista de baile las chicas bailaban sensualmente desvistiéndose para los clientes que abarrotaban el lugar, había una sensación de pesadez extraña y sombría, José saco una caja de cigarros y se buscó el encendedor, como siempre éste parecía esconderse, tratando de ocultarse en algún lugar, la cantinera ofreció fuego con su encendedor, jose agradeció el gesto y pudo fumar tranquilamente, la mirada de la cantinera se posaba en el, notaba algo que los demás no notaban;

-¿Larga noche?-

José la observó por un momento, la cantinera sintió como la mirada de este hombre le recorrió el cuerpo;

-una bastante desagradable-

La cantinera sonrió;

-bueno así sucede en estas noches, en estos lugares-

José sonrió;

-ya lo creo-

José ofreció su vaso y la cantinera lo rellenó de whisky;

-¿En qué trabaja usted?-

jose sonrió;

-En todo y en nada, me la paso viajando de aquí y allá-

la cantinera sonrió;

-es usted contratista-

la observo atentamente, acto seguido una sonrisa se dibujó en el rostro de ambos;

-algo así-

Un mesero se acercó y pidió una orden, José y el mesero intercambiaron miradas;

-Vodka con jugo de piña y una cerveza para la mesa tres-

la cantinera sirvió los tragos y el mesero se retiró así como llego;

-Este no es un lugar muy apetecible para trabajar, sin embargo no tengo muchas opciones-

José dio un trago a su bebida;

-opciones, muy pocos tienen ese lujo-

la cantinera sonrió;

-si, así es-

Una de las bailarinas se acercó a la barra y pidió fuego para encender un cigarro, observó con atención a José, la cantinera supuso que se conocían;

-Mucho tiempo de no verte Carla-

la mujer soltó el cigarro asustada, la cantinera se sorprendió por la reacción de la bailarina;

-disculpa jose, no sabía que te encontrabas en el pueblo-

José sonrió mientras bebía lo último de su vaso;

-Te veré más tarde, tengo asuntos pendientes-

José salió del Centro nocturno despues de pagar su cueta y dejar propina, marchándose como sombra nocturna hacia la nada;

-tranquila, pareciera que ese hombre te hizo algo muy malo-

Dijo el cajero que observaba la escena;

-No es eso, ese hombre...-

los demás trabajadores del bar se acercaron y uno de ellos dijo;

-si ese hombre te hizo algo...-

ella contestó;

-no lo entienden, la última vez que vi ese hombre fue durante un exorcismo-

todos guardaron silencio y la cantinera se sobresaltó y pensó en ello.

Vincent y Cristina habían llegado muy lejos, quizá demasiado, habían citado al impostor de Vincent con falsos mensajes en las redes sociales, el hombre había aceptado ir, se trataba de una especie de cita a ciegas, por fin lo vieron aparecer, era un chico de la edad de Cristina, tenía el pelo largo y usaba gafas, en verdad Cristina se sintió culpable, pero tenían mucha curiosidad del por qué usurpaba la identidad de Vincent;

-Hola, creí que estarías sola-

Cristina sonrió;

-te equivocaste, te presento a Vincent Hernández, sabemos que suplantaste su identidad y queremos saber por qué-

El joven rio;

acaso son ustedes de la policía;

-Podemos llamarla si así lo deseas-

El joven rio a carcajadas;

-vaya y yo que traje esto conmigo-

El joven enseñó un arma de fuego;

-escuchen, a veces suplanto identidades para poder acceder a sitios de Internet en los que normalmente uno no puede, encontre cosas bastante bisarras que me hacían pensar que ustedes eran asesinos y venían por mi, pero por lo visto me equivoque y no necesitare de esta arma-

Cristina se sorprendió;

-creo que estás exagerando-

Dijo Cristina;

-escúchenme bien, allá afuera hay una gran mentira, ustedes son parte de ella y sin saberlo la defienden y la protegen, hay cosas que no salen a la luz y que jamás saldrán-

Vincent sonrió;

-¿Como cual?-

El joven observó a todos lados temeroso;

-Esto es lo último que voy a decir, Últimamente ha habido Sangrientos asesinatos que se han hecho pasar por pleitos entre bandas de la mafia, por el poder y el dinero del trasiego de drogas, pero si eres un poco inteligente descubrirás que este lugar no significa nada para ellos, lo que se ha venido dando es el intento de ocultar la verdad, hay una poderosa mafia protegiendo a una hermandad de vampiros los cuales son Pilar esencial de este pueblo, la Iglesia católica está tratando de controlarles sin embargo esto ha escalado a un punto de inflexión en el que cazadores de vampiros rondan por el pueblo buscando vampiros u otros seres nocturnos que se atrevan a romper el equilibrio que establece la paz en este lugar-

Vincent sintió un escalofrío al escuchar todo aquello, Cristina lanzó una sonora carcajada;

-vamos ríanse, pero nada detendrá los vampiros cuando logren invocar a Caín y este consuma al mundo-

Cristina y su risa llegaban a varias cuadras a la redonda, el joven se retiró de allí molesto, pero Vincent fue tras él y le dijo;

-Espera, explicame eso, yo sí quiero saber más-

Cristina observo atenta a su novio;

-¡para qué, para que te sigas burlando!-

El joven se dirigió hacia una esquina cuando una camioneta se detuvo de golpe frente a él, bajaron los vidrios de la puerta delantera derecha y los ojos de un hombre lo observaron, Vincent reconoció a José y ambos se vieron uno a otro, la camioneta subió los vidrios y se marchó, el joven estaba petrificado, Cristina corrió al lado de su novio preocupada;

-¿eran sicarios?-

Vicente observó las calcomanías blancas que mostraban el nombre de D-Hunters;

-Sí, son los que me persiguen-

Vincent lo jaló del brazo y le dijo;

-sígueme, cuéntame más, en serio que deseo saber más sobre eso-

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