martes, 17 de julio de 2012

Wampir 11

Estaba harto de estar solo, pero fue peor al estar acompañado...
Juan mira el cristo de la iglesia, las huellas del incendio se han borrado, el cura entra a la iglesia, pronto iniciara la ceremonia, el cura le ve con atención y sonríe, mientras carga bajo su brazo un periódico, el cura empieza a preparar todo, los asistentes al fin llegan, los niños, monaguillos de la iglesia se ponen sus ropas, el padre lleva a Juan a su oficina;
-hijo, debo pedirte un favor-
Juan asintió;
-últimamente hay un saqueador de tumbas, el cual roba osamentas, pero parece que busca una en especial, la de monseñor Platini, el obispo de la ciudad me ha solicitado que mande personas a cuidar esa tumba y he pensado en ti por tus habilidades-
Juan frunció el ceño;
-eres un vampiro capas de muchas cosas, incluso capas de camuflarte bien-
Juan observo a la ventana;
-¿es tan obvio?-
El padre sonrió;
-hijo los vampiros han existido siempre, la iglesia solía combatirlos pero ahora... Solo puedo decirte que hay cosas peores que un vampiro-
Juan le vio;
-que me impide que lo mate-
El sacerdote sonrió;
-eres muchas cosas hijo, pero no un asesino a sangre fria, tienes una conciencia que te carcome por dentro-
Ambos guardaron silencio;
-hazme este favor y la iglesia protegerá a tu clan naciente-
Juan se dirigió a la salida y el sacerdote le dijo;
-como amigo te pido que te alejes de la Cofradía-
Juan salio y cerro la puerta.
Nadia y Lucia veían a Juan arreglarse para cuidar la tumba;
-deberíamos acompañarte-
Juan negó con la cabeza;
-este es asunto mio y del cura-
Alguien toco a la puerta, Nadia con la vista le ordeno a Lucia abrir, un hombre con una niña de 5 años empezó a hablar con Lucia;
-¿esa es la hija de Lucia?-
Nadia asintió, sin decir mas Juan se retiro.
La media noche había caído, el cementerio estaba vació, el velador permanecía sentado viendo en una pequeña TV las noticias, un olor irrumpió en el lugar, era muy tenue y solo Juan lograba percibirlo, el velador cayo dormido, un séquito de cinco hombres entraron al cementerio, eran guiados por un hombre encapuchado, este mecía un incensario del cual provenía el olor, los otros hombres cargaban palas y picos, se dirigieron a la tumba y empezaron cavar, Juan sonrió, solo eran satanistas, pronto se alimentaria y todo habría acabado, pero recordó las palabras del cura;
"hay peores cosas que los vampiros"
Juan corrió hacia los hombres, uno de ellos, negro rapado lanzo un grito, Juan mostró sus colmillos sediento y...
El monje alzaba su mano, deteniéndolo, el monje ordeno;
-¡prosigan!-
Los hombres prosiguieron;
-¿que es esto?-
Pregunto Juan;
-los sabios lo llaman poder, los ignorantes magia-
Juan se retorsio mientras el hombre cerraba su puño;
-¡al diablo tu maldito dios satánico!-
Rugió Juan entre el dolor y la agonía;
-yo no sirvo a nadie, ni soy un satanista-
Juan le vio atento, el hombre mostró su rostro cubierto por una mascara de plata, sin ornamentos ni diseño, solo los orificios oculares;
-soy un nigromante-
Al decir esto el hombre saco de su ropa un saco de polvo con el cual roció a Juan, los otros hombres terminaron de abrir la tumba, uno de ellos en un costal guardo la osamenta, el nigromante saco un liquido y roció a Juan, el contacto del liquido con el polvo provoco una reacción la cual lanzo una terrible llamarada, Juan rugió de dolor y el nigromante con solo desearlo arrojo a la tumba a Juan envuelto en llamas, los hombres cerraron el cajón y llenaron de tierra el poso, mientras adentro Juan sumía su conciencia en un grito agónico que se apagaba en el vació de la oscuridad...

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