jueves, 31 de mayo de 2018

Dentro de la niebla

Lo que estoy a punto de relatar puede ser considerado como una historia estrafalaria, una tonteria, pero yo se que lo vivi y lo real que fue.
Durante las noches me despierto sudando frió, escucho a veces ecos lejanos o voces, dentro de poco iré al psiquiatra, seguro me mete al manicomio, pero eso es mejor que seguir viviendo este infierno.
Mi historia de mi vida no es muy relevante, soy un estudiante de periodismo de la universidad de Guadalajara, vengo de una familia agraciada económicamente, pero no de ricos, mi padre es un corredor de bolsas americano retirado, mi madre una diseñadora de interiores, nada mas allá de lo común.
Mi carro donde viví aquel nefasto hecho, es un cavalier 2012, color plata, no es un carro de lujo, al menos para mi no lo es, es carro que cumple con su misión, transportarme de un punto a otro y nada mas.
La pesadilla comenzó aquella nefasta noche que me dirigí a la Ciudad de Puerto Vallarta para unirme con mi familia en un hotel de tres diamantes, por cuestiones de estudio, salí un día mas tarde, con la promesa de encontrarlos en el paradisíaco Puerto.
Salí a carretera una tarde tranquila, sin nubes y buen sol, sabia que llegaría como en 6 horas con suerte, sali de la ciudad en total tranquilidad, bien dicen que la calma viene antes de la tormenta.
Conduje alrededor de cuatro horas, mientras caía el sol y parecía una noche tranquila, aunque la radio se perdía bastante la señal, siempre volvía, así me estuve conduciendo por aquella carretera en total tranquilidad, de ves en cuando pasaba un vehículo o varios, algún trailer o pipa de algún material, pero el camino tenia vida, a veces pasaba por las rancherías y los pintorescos vendedores ofrecían algún aperitivo a los camiones de pasajeros, todo iba en tranquilidad.
Pero todo cambio y quizá fue cuando empezó el horror y no me di cuenta de ello, fue al acercarme al kilometro 196.8 de la carretera que me di cuenta de algo, los carros habían desaparecido en su totalidad de la carretera, mi carro pasaba por parajes oscuros, no se veía mas que arboles, espesura y surcos de tierra, pero no me dio miedo, el GPS marcaba la ruta y todo parecía tranquilo, hasta entonces.
Mientras mas me adentraba note que la enorme oscuridad que me rodeaba, los faros apenas mostraban el camino, pero poco a poco el camino parecía mas salvaje, lleno de arboles vetustos, los cuales formaban figuras extrañas y surrealistas que llenaban la imaginación de extrañas imágenes, fue entonces que se perdió toda señal de la radio, los botones del radio me los acabe buscando alguna señal de radio, pero solo quedaba aquel sonido de frecuencia vacía, solo estática.
Apague la radio, conduje por lo que yo creí fueron unos minutos mas hasta que sucedió la primera de aquellas situaciones extrañas, atrás de mi se posaron dos luces, aquellas luces parecían haber llegado desde muy lejos siguiendo la carretera, no le preste mucha importancia, parecían las luces de cualquier otro carro, mientras conducía por aquellos parajes inhóspitos, me dio tranquilidad saber que no estaba solo, pero de pronto, así de súbito, se desapareció, aquello me dejo helado, baje la velocidad y mire el retrovisor, no podía ver nada, pensé que quizá había chocado o se les había apagado el carro a alguna familia, pero no vi nada, pero todo fue a peor cuando vi lo siguiente, aquellas dos esferas bajaron del cielo, iban en dirección de mi carro y estaban acelerando.
Aquello me dejo aterrorizado, mis nervios se alteraron y pise el acelerador a fondo, no sabia lo que ocurría, no me importaba, quería largarme de allí a donde fuera, acelere, solo para ver a ese par de objetos luminosos tras de mi, acelere lo mas que pude, pero entonces lo peor estaba ocurriendo, el carro empezó a fallar, el tablero se apagaba y se prendía, el radio se prendió solo sonando solo una horrible estática, de pronto el carro se apago definitivamente y quede varado a merced de lo que fuese aquello.
Consumido por el terror me negué a aceptar mi destino por funesto que fuera, mire el retrovisor con miedo y precaución, no se que esperando que me sucediera, pero ya no vi nada, estaba yo, solo, en la oscuridad de la carretera, no había rastro de luces, solo mi carro a mitad de una carretera entre la nada.
Saque mi celular, tenia saldo suficiente para llamar a donde fuese, pero no llamaría lejos, no había señal, molesto y asustado no supe que hacer, hasta que me di cuenta que el celular empezó a apagarse, poco a poco, hasta que quedo muerto en mis manos, en la oscuridad, después tanto, tenia miedo, no por mi físico, mi persona, si no un miedo inexplicable, un miedo mas allá de otro mundo, un miedo a algo mas que yace en la oscuridad.
Pero como ya dije, no iba a sucumbir tan fácilmente, saque de mi guantera una lampara de baterías, si, quizá aquello era una nube de electromagnetismo que había apagado mi coche, las luces eran efectos eléctricos como las centellas, mi pensamiento de universitario me decía que todo tenia una razón lógica, busque en el maletero de mi carro y saque una lampara de queroseno, así alguien me vería y no tendría que chocar conmigo, mis pensamientos eran contradictorios, pero me daba igual, con aquella lampara prendida, pensé nada podría asustarme mas, que equivocado estaba.
Frente a mi, con la lentitud de un amanecer empezó a llegar una niebla, lentamente, como bestia marina, aquella enorme neblina me cubrió, la luz de la linterna y de la lampara apenas se veían, aquella nefasta neblina lo cubría todo, fue entonces que verdaderamente sentí un miedo profundo, un miedo mas allá de lo conocido, no se por que, pero subí a mi carro, cerré las ventanas y puertas, como si alguien me estuviese dando una orden de esconderme, ahora si, lo peor, lo peor estaba por comenzar.
Una misteriosa luz prendió el cielo, todo aquello parecía de día por lo iluminado, pero poco o nada se podía ver atraves de la neblina, aquella luz nefasta me llenaba de una extraña sensación de miedo y horror tan profundo, de verdad que aquel miedo te daban ganas de cortarte un miembro o dos con tal de no estar allí, cerré los ojos, me tape la cara, no quería ver aquella luz, pero el golpe seco de los costados del carro me hicieron verles, dentro de esa luz nefasta, dentro de esa pesadillesca neblina, pude ver personas, o lo que creí eran personas, las cuales caminaban siguiendo la carretera, algunos de ellos chocaban con el carro, lo rosaban o lo golpeaban, uno de aquellos seres se detuvo a mi costado, en el vidrio de la puerta, entonces pude verle claramente, aquel ser parecía haber sido una persona, pero llevaría muchos años de muerta, pero sabia que estaba yo adentro del coche, me miraba con sus cuencas vacías y su nefasta mueca en el rostro, tras forcejear con la cerradura abrió la puerta, mas de esas cosas le siguieron y todos querían tocarme o hacerme algo, me acurruque contra la otra puerta lleno de horror y quizá me desmaye.
Abrí los ojos de sobre salto, estaba bien, no había nada a mi alrededor, la tenue luz del inicio del amanecer presagiaba una buena mañana, hasta el cielo se veía despejado, me baje del vehículo, estaba por completo desorientado, fue entonces que los vi, allí parados, observándome, tres personas o tres seres, una mujer rubia, un hombre de pelo negro y hombre o ser con alguna clase de casco parecido al de un astronauta, aquellos seres llevaban batas de un color parecido al de un azul oscuro, el hombre me señalo con la cabeza, pero pude notar sus orejas puntiagudas.
A la cercanía el ruido de un helicóptero me llamo la atención, la observar el helicóptero me di cuenta que aquellas persona o seres se desvanecieron, pero algo me dijo que se habían vuelto invisibles, el helicóptero me apunto con una potente luz, la cual me hizo sentir mareado, tras de mi vi llegar un grupo de militares armados hasta los dientes, llevaban ropas negras sin insignias, uno de aquellos militares se me acerco y me dijo algo y al poco tiempo, me desmaye.
Desperté dentro de una ambulancia militar, era llevado de emergencia a un hospital en Puerto Vallarta, tenia heridas leves, las cuales no reconocía, la enfermera a cargo me dijo que había chocado, pero le dije aquello era imposible, pues el carro se me había apagado debido a la niebla, la enfermera rió y me tranquilizo, al llegar a la hospital mi familia me esperaba, les habían comunicado acerca de mi accidente, al poco rato de mi despertar, mi madre tuvo problemas en el hospital, los números e identificaciones de la ambulancia militar que me había recogido eran inexistentes.
A los días pude ir a ver en el corralón, mi carro, estaba mal trecho, estaba chocado en la punta, ademas que según el registro, se había volcado, con mas dudas buscamos al agente de la policía federal que había reportado el accidente, resulta que este oficial llego media hora mas tarde de lo que me había recogido la ambulancia, al llegar solo vieron el carro, pero me cuestionaron por las manchas de los neumáticos, el oficial nos llevo al tramo carretero donde había empezado todo, allí vimos las huellas de mi carro al acelerar, pero también, manchas negras de dos objetos que parecían haber seguido al vehículo, el oficial dijo no ser experto, pero dijo que parecía como si algo hubiese quemado y derretido el propio asfalto tratando de alcanzarme, aun que me da terror pensar que me llevaban hacia algo, los misteriosos militares, ademas de los extraños seres que se podían volver invisible, pero me alegro, de nunca mas, haber vuelto a ver esa niebla y lo que había dentro de ella...

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