sábado, 26 de marzo de 2016

Atraves de la oscuridad 4

Luego Dios dijo:
Toma a Isaac, tu amado hijo único, ve a la tierra de Moria y ofrécelo como un sacrificio que debe quemarse completamente, en la montaña que yo te indicaré.
Genesis 22;2

La luz tenue blanquecina de la cocina me molesto, me encontraba en el suelo, sobre una camilla de primeros auxilios, mientras trataba de componer las cosas, observe al jefe de seguridad, el cual hablaba con uno de los paramedicos, yo estaba en la cocina, parecía de día y yo estaba atado en la camilla;
-no se preocupe, todo esta bien, el golpe casi le destruye las cervicales, esta inmovilizado por su propio bien-
me dijo un paramedico de piel oscura, tenia una sonrisa brillante, parecía el cristo;
-todo tiene sentido ahora, pero la manera en que el cadáver de Isaias fue encontrado parecía haber sido desollado, no parece un accidente con elevador, al menos no los que he visto-
dijo el gerente de mantenimiento;
-como sea, mejor que ese cocinero este muerto, mira como dejo al pobre hombre-
alguien se me acerco a la camilla y me inyecto algo en la muñeca, una cocinera se me acerco y me entrego el celular, ese maldito celular que yo reconocí, me llevaron al montacargas y por allí me bajaron, el horrible manchon carmesí de la sangre mostraba que era reciente, no podía decirles, que algo le había sucedido a Isaias, pero incluso dudaba de que me creyeran, nadie creería aun loco, me bajaron con cuidado y me llevaron a una ambulancia, pero allí no me metieron, de la puerta brotaba un liquido gelatinoso purpura y apestaba horrible, en ves de llevarme en ambulancia me llevaron en la camilla, pero para mi horror, empece a ver los lados decenas, quizá cientos de pedazos de cuerpos desmembrados, las luces del túnel eran ya mas oscuras y nefastas, a cada paso se podían ver garabatos sin sentido escritos en las paredes, no muy lejos yacía la jaula de los pintores, pero en esta, personas yacían dentro de ella, algunos defecando, otros golpeándose entre ellos, uno lo vi cortarse el dedo meñique, en una esquina yacían un grupo de mujeres semi desnudas amamantando a sus hijos, as paredes de concretos estaban cada ves mas demacradas, casi derruidas, las áreas de tablarroca mostraban tan estado que casi se caían a pedazos enteros, me dejaron frente al comedor de empleados y ellos entraron casi con alegría, desesperado trate de soltarme, entonces lo escuche, los apagones por secciones, la oscuridad ya venia, tenia que liberarme, con todas mis fuerzas hice a la camilla ladearse y tumbarme, en el piso alcance a tomar un pedazo de vidrio roto, con el cual corte las ataduras de mi mano derecha, con fuerza logre liberar mi otra mano, mis piernas por fin las libere, pero me di cuenta que yacía rodeado de camillas de hospital, algunas de ellas aun goteando sangre, la oscuridad por fin me cubrió, por algunos permanecí quieto, temeroso, asustado, hasta que los paramedicos salieron corriendo del comedor, rodeados por llamas ardieron vivos mientras gritaban, uno de ellos rezaba a un dios que seguramente no lo escucharía, los vi arder, lentamente, entre gritos y sollozos, hasta morir.
Me pare de inmediato, encendí la luz del celular y camine hacia el comedor de empleados, adentro solo encontré el vació y la soledad, la estatua de un dragón de varias cabezas yacía con una vela prendida, dentro del hocico de una de las cabezas sostenía la vela, dando la impresión que expulsaba fuego, el área de servicio apestaba, horribles cucarachas enormes se paseaban por entre la comida podrida, retrocedí, no quería ver aquello, busque la salida, pero para mi sorpresa las salidas habían sido bloqueadas, en verdad creí que ya me estaba volviendo loco, para mi sorpresa un cocinero salio de la cocina, cargando una olla muy pesada;
-hola-
el hombre que ignoro, por lo que me dirigí a la cocina, pero tenia que pasar por tras ella área de servicio, avance lo mas deprisa, pero no debí hacerlo, los insectos se pusieron como locos, algunos volaron contra mi, corrí lo mas deprisa que pude, llegue a la puerta de la cocina, solo para allar mas oscuridad, el sonido del agua goteando, las tarjas oxidadas, de los estantes había comida en lata o en frascos echada a perder, allí no había nadie, camine y di la vuelta buscando el área de producción de alimentos, para mi horror encontré en las sartineras y las ollas de cocción cadáveres descuartizados y colocados cuidadosamente para ser cocinados, quede horrorizado, retrocedí, querría huir, ¿pero a donde?, mientras trataba de asimilar todo un el hombre que había visto entro cargando una cabeza de ser humano, con una cuchara de helado trataba de sacarle los ojos, el hombre tenia la cara de un puerco horrible, pero no era una mascara, era su rostro, el hombre cerdo al verme fue por un cuchillo y se me arrojo, lo esquive apenas, retrocedí en busca de un arma, el celular me lo metí a la bolsa de la camisa y tomando un remo de cocina de acero enorme, con el trate de matar a ese ser que no podía ser humano, mientras luchaba con ese ser, este furioso dejo el cuchillo y fue a la bodega de cocina, mientras retrocedía pensando encontré en un bote de basura un uniforme policial ensangrentado, debajo de todo eso, había un arma de fuego, el ser regreso con una sierra eléctrica, yo lo esquivaba mientras trataba de matarlo, pero se me arrojo, casi me parte en dos, de no ser por que algo lo detuvo, una de las manos de la sartinera le había agarrado con mucha fuerza, yo le dispare, todas y cada una de las balas, el ser rugió y murió, cansado me quede a descansar, pero algo sucedió, la sangre de ese ser empezó a moverse, avanzo como si mostrase un camino, sin saber que hacer, seguí el rastro, que llevaba adentro de la bodega de cocina, las ollas negras y chamuscadas yacían allí con un olor insoportable, la sangre subió por las paredes para mostrar un panel eléctrico, me pregunte que mas podía pasar, suspire y lo accione.
La luz había regresado, la cocina estaba normal, limpia y reluciente, un cocinero cocinaba en silencio, era Isaias, corrí al verlo, pero tenia la cara cocida con hilo grueso, los ojos y labios, me pareció que me observo, pero regreso a lo suyo, salí de la cocina y vi las mesas vacías, excepto por una, un hombre comía tranquilamente sin molestarse, me acerque y me senté en su mesa;
-disculpe, quería preguntarle...-
el hombre me miro y sonrió, estaba trajeado y parecía amable;
-sobre la oscuridad que consume todo a su paso-
me le quede viendo sorprendido;
-venga vamos a servirnos mas-
me llevo al área de servicio, la comida allí servida se veía apetecible, por lo que agarre comida, chuleta ahumada en salsa de tomate, puré de papas, ensalada americana, de postre un trozo de pastel y un café capuchino, el comedor parecía funcionar normalmente, salvo por que Iasias recorría el lugar con ese rostro flagelado, me senté a comer con ese hombre, comimos en silencio, una ves que termine me sonrió y dijo;
-mi nombre es Edward Traveler, soy un viajero, no me quedare mucho tiempo aquí, pero le puedo asegurar que usted no pertenece aquí-
yo le observo con suma atención;
-¿todo este mundo es real?-
el hombre sonrió;
-¿que es la realidad?, solo un conjunto de ideas precarias de esto y aquello, lo cierto es que este mundo es artificial, no debería existir, algo o alguien lo esta creando-
le mire aterrado;
-¿que puedo hacer para salir de aquí?-
el hombre suspiro;
-no lo se, como dije solo soy un viajero, pero este lugar se rige con reglas, pero pose las reglas de un acertijo o un laberinto, si quieres salir de aquí debes jugar su juego y sus reglas, pero eso no quiere decir que sean justas-
me quede perplejo;
-si me lo preguntas, al venir aquí vi una puerta luminosa, pero no se a donde lleve, tampoco se si es la salida, yo viajo por mis propios medios, pero de que la hay, la hay-
el hombre tomo de una silla un sombrero y un bastón;
-esto es lo mas que puedo hacer para ayudarle-

el hombre me dejo unos cargadores de pistola, ademas de una caja casi vacía de balas, el hombre se despidió de mi con la mano en alto y por la puerta, se marcho, dejándome en la soledad de aquel comedor.

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