lunes, 30 de marzo de 2015

Wampyr 36

Jose abrió los ojos, los sentía tan pesados como los grilletes que aquella vampiresa con apariencia de niña de quince años le había puesto, una puerta se abrió, la luz era brillante, un hombre se acerco cargando una quijada de asno, Jose quiso gritar, correr, no pudo el hombre se acerco y varias veces la dejo caer sobre Jose hasta que perdió el conocimiento.
Pocos saben esto, pero otros ya se lo imaginaban, la diosa Ishtar era una vampiresa muy bella, la cual se enamoro de los hombres mortales, les enseño la forma de vida hedonista mas perfecta alguna ves conocida, en aquella sociedad solo había placer y el dolor no era mas que una debil sombra, desde niños y niñas hasta ancianos querían tocar a la diosa vampirica, ella los amaba y ellos a ella, hasta que un fatídico día un ejercito tomo la bella ciudad de babilonia, mataron a todos, niños y ancianos incluidos, la vampiresa llena de dolor y de ira, lloro a los pies del rio Eufrates y juro venganza, con todo su poder llamo a un dios oscuro y antiguo, aquel ejercito persa durante siglos fue asediado por implacables enemigos apoyados por hordas de demonios sangrientos hijos de Ishtar ahora llamada Ereshkigal diosa de los averno, Jose la vio en su trono en el infierno, ella lloraba y ante ella se abría un campo de Babilonios muertos.
No mires atrás les dijo el angel, la familia de Lot huia de aquella ciudad su dios se los habia ordenado, tenian que huir lo mas pronto posible, su dios tenia preparado algo terrible, lo sabian, la mujer de Lot veía los niños de las calles que aun jugaban sin saber que estaba a punto de suceder, lo primero que sucedió fue estruendos en el cielo, nubes negras aparecieron en el firmamento, seres alados volaban en los cielos, todos creían que eran sus dioses ahora olvidados, que equivocados estaban, bolas de fuego cayeron del cielo, matando a todos, la ciudad alguna ves bella poco a poco empezo a ser arrasada, algunos morían sin darse cuenta, otros tristemente llegaron a lanzar gritos horrorosos de dolor y plegarias de auxilio, mientras corrían una mujer les grito que se llevaran a su hija, Karian no lo soporto, se giro y quiso tomar a la niña, en ese momento se volvio en una estatua de sal, Lot y sus hijas ignoraron aquello, tuvieron que descansar bajo una montaña cercana, las explosiones de fuego fueron terribles y la tierra temblaba, la mujer de Lot llego con una niña en sus brazos, la mirada de todos era terrible, pero la mujer de Lot dijo a su familia que otros dioses, los dioses de la noche eterna habian impedido su muerte y ahora debia cuidar a la niña, por que ahora serviria a esos dioses antiguos e ignotos.
Jose desperto, estaba en aquel cuarto oscuro, vacio y el seguia encadenado, una luz en algun lugar se encendió, una figura humana se acercaba atraves de la luz, llevaba cargando una cruz y decía una y otra ves;
-yo soy el camino al padre, yo soy la luz-
Jose pudo verlo bien;
-yo soy alfa y omega-
Decia aquel hombre cuyo cuerpo sangraba a chorros, se acerco a Jose y este trato de retirarse, quitarse de allí, de la boca de aquel hombre saco una espada larga y flamígera;
-ven, vive al lado de mi padre y mio-
Jose con todas sus fuerzas pateo a ese ser, el cual cayo de bruces, de su boca salio un brillo espectral y se acerco a Jose con tal violencia que este se sintio indefenso;
-no he venido a traer paz si no espada-
Rugio ese ser;
-yo también-
Dijo un hombre con rostro flamígero, mostró una espada de fuego azul hermoso y se arrojo contra ese ser, el cual rugió;
-este no es asunto tuyo-
Rugió el ser, aquel hombre de fuego lucho con la espada de fuego, estocada a estocada ganaba terreno, el ser retrocedió e intento atacar pero el hombre le encajo la espada primero y ser rugio y se desvaneció, aquel hombre lo cubrió con sus manos a Jose, este se sintió muy pesado y se desmayo.
Despertó mas tarde al lado de esa vampiresa que llacia dormida, Saul el otro vampiro le observaba, el hombre luminoso estaba alli parado llevaba un cuenco de madera con una sustancia pantanosa;
-bebe-
Dijo y Jose obedeció, la sustancia tenia el peor sabor que había probado en su vida, pero en cuanto la bebió se sintió ligero y tranquilo;
-¿por que nos ayudas Runiah?-
Este observo a ese niño que Jose había visto antes;
-no te ayudo a ti, le ayudo a el-
El niño sonrió;
-es lo mismo-
El hombre contesto;
-tu solo piensas en ti mismo-
El niño se molesto y guardo silencio;
-un herrero creo tres espadas, avaricia y codicia, venganza y la ultima la llamo Justicia, esa es tu espada, llévala con cuidado, por que muchos otros hombres y demonios llevan espadas de venganza, avaricia y codicia, Jose cayo rendido en un sueño y se perdió en la oscuridad y por primera ves en su vida soñó con su madre.
Vanesa Klose sonrió mientras su hijo jugaba con sus pechos, hacia mucho había dejado de comer del pecho de su madre pero le gustaba jugar con ese busto enorme, Pedro Antoliny entro, llevaba la ropa llena de sangre vio al niño y sonrió;
-tu clan esta muerto Vanesa, entrega al niño-
El niño abrazo a su madre;
-valientes hombres, asustando a una mujer indefensa frente a su hijo-
Reaper entro por la puerta;
-entréganos a la reencarnación de Abel-
Vanesa vio a Reaper;
-el no es Abel, es mi hijo, su padre era solo un pastor-
Reaper y Pedro intercambiaron miradas;
-Abel era un pastor-
Unas monjas entraron junto a dos exorcistas y tres caza vampiros;
-la luz es mi testigo, te maldigo a ti y a tu iglesia, llegara el día que el sol no brille y las estrellas caigan, entonces Mitlatecutli volverá para vengarse con una espada de fuego y su espada sera la justicia, de tus templos no quedara mas que ruinas, de tus creencias solo rumores y los hombres adoraran a la luz verdadera-
Un exorcista dijo furioso;
-¡calla tu boca hija del diablo!-
Vanesa sonrió;
-en esta casa no había mas vampiro que yo, las tataranietas de mi hermana, dos hombres que eran sus esposos y sus hijos, yo solo era para ellas su tia, ¿quien ha asesinado inocentes aqui?, no olvides mis palabras Antoliny, la justicia de la luz verdadera es lenta pero segura-
Una monja se acerco a la mujer;
-Abel ven con nosotras, tu madre se nos unirá pronto-
El niño abrazo a su madre;
-me llamo Jose y no quiero ir-
La monja sonrió;
-Jose como San Jose, el padre de JesuCristo-
La monja vio al niño aferrarse a su madre, Vanesa sonrió a la monja para su sorpresa;
-asi es, esperaba tener una hija que se llamara Maria, para tener a la pareja, Jose, ve con la monja, mama debe terminar un asunto con el señor Antoliny, yo me les uniré-
Jose vio a los hombres le daban miedo;
-no mama-
Vanesa beso a su hijo;
-ve mi amor, nada malo pasara-
El niño al fin hizo caso a su madre y tomo de la mano a la monja caminaron juntos hacia la puerta;
-espere, me falta Bobo-
La monja pregunto;
-¿quien es Bobo?-
El niño contesto al soltar la mano de la monja y correr a la habitación donde llacia su madre;
-es mi osito-
El niño corrió y se asomo al cuarto de su madre, Bobo llacia manchado de sangre, las manos de su madre se habían aferrado a el, la cabeza de su madre llacia en el suelo, Pedro Antoliny sostenía la daga que había matado a su madre.

Cristina
Cristina jugaba como niña sobre la azotea del edificio de la ciudad, jugaba al bebeleche, las vampiresas gemelas le cuidaban, temían que hiciese algo estúpido, como matar inocentes o peor aun, matar niños, buscando sangre, Juan se acerco lo mas lento posible, no se habían dado cuenta que estaba allí observando, se quedo quieto en una esquina y espero;
-¡uno, dos, tres por Juan!-
Las gemelas sacaron sus dagas, Juan salio a la luz;
-tu ganas, eres buena-
Cristina rio;
-haces demasiado ruido-
Cristina le tomo de la mano y lo llevo a la cornisa;
-somos vampiros, podemos volar, saltemos-
Juan retrocedió;
-no, si nos ven romperemos las reglas-
Cristina sonrió;
-¡tienes miedo a las alturas!-
Juan se negó;
-no, no quiero problemas-
Cristina soltó una sonora carcajada;
-eres espectro de la noche, ser demoníaco del inframundo y le temes a las alturas-
Cristina se burlo de el lo que quiso;
-quiza-
Cristina le tomo de la mano;
-vamos no te dejare caer, no sueltes mi mano-
Cristina se arrojo al vació y jalo la mano de Juan, este solo sintió el vació rodearlo, perdió la mano de Cristina y cayo al suelo de un costalazo y se quedo quieto, Cristina cayo como pluma al viento soltando carcajadas;
-eres un tarado-
Juan al final rio también, Cristina cayo sobre el y movió sus caderas sobre las de Juan;
-muertos vivientes, mira que ese no esta muerto-

Juan excitado la beso.

No hay comentarios:

Publicar un comentario