sábado, 2 de febrero de 2013

La caida de Argoth


La caida de Argoth
He leído, durante muchas horas, horas en las que permanecía bajo la influencia de drogas para poder mantener mi somnolencia para permanecer en la biblioteca de los Librae, una raza misteriosa que habita en otro plano, un plano que solo se alcanza entre la somnolencia del sueño, un libro que llamo mi atención poderosamente, se llamaba, los Demonios de Argoth, este libro empastado de manera cuidadosa en cuero negro, contiene los relatos de los Argoth, una extraña raza nacida entre la cupulacion entre los demonios y féminas de los hombres atraves de un pacto de sangre y poder, los demonios ofrecieron a Vhaladad la mayor riqueza y poder que pudiese imaginar si esta, se arrodillase para adorarlos, pero para esto, Vhaladad, debía sacrificar un terruño humano, su hija nacida entre su primer esposo humano a la edad de los quince años, esto no molesto a Vhaladad, la cual en un acto de media noche, bajo símbolos rúnicos olvidados, bajo los símbolos profanos de poderes ignotos sombríos, llego una sombra para posarse sobre la roca de los sacrificios donde una niña clamaba piedad a su propia madre, la petición fue negada y la niña murió atravesada por el corazón de un puñal de piedra, la ceremonia se completo con la aparición Argoth, señor demoníaco de los abismos del yermo norte, donde nunca había caído un rayo de luz, Argoth, embrutecido por la sed poder y la sangre de una inocente, tomo a Vhaladad como su hembra fornicandola con un enorme falo de caballo, el libro, solo cuenta esto de este acto extraño y misterioso, aquel acto no termino allí, los soldados demoníacos de Argoth llenos de lujuria pidieron tambien participar en esta singular orgía, Vhaladad, según cuenta el libro resistió la envestida fornicatoria de todos los demonios, pero pareciera hacer referencia a que, ella habia perdido la conciencia después de estar con Argoth, los demonios fueron testigos de como Argoth coronaba a Vhaladad como su esposa y mando a crear una ciudadela para ella sola, en una colina rodeada de picos que parecía rasgar el cielo y donde se decía se había construido la torre de los Anunakki para ver mas allá de las estrellas, alli, la mujer fue seguida por miles de mujeres que en busca de las lujurias mas bajas de su corazón se entregaron a los deseos de los demonios donde mas de un millón murieron en trascurso para a contentar sus nuevos amos demonios, Vhaladad amo tanto a su amado Arghoth que mando llamar a la ciudad con el nombre de su marido a su ciudad, en este lugar habitado por mujeres y demonios, crecieron leyendas terribles y monstruosas, que atrajo la mirada de los reinos circundantes de los elfos, que llenos de terror de lo que contaban los ojos mas diestros de los elfos ordenaron rodear sus territorios de este terruño del mal, desde Veluin-Tarandur hasta Cipreses Nazur, hasta las capitales de Eboin y Medentor-Lebanio, esto provoco el terror de seres propios de la noche como Merrcar, señor de una raza olvidada que el libro solo relata como los seres de los ojos de sangre, cuya verdadera forma mataría a un hombre llenándolo de terror, pero Merrcar era no solo poderoso, si no también altamente astuto, cosa curiosa, dice el libro, en el bien el conocimiento como virtud es sabiduría y en el mal el conocimiento como virtud es conocida como astucia, Merrcar desidia vestirse de un manto blanco cuya magia le ayudo a surcar las tierras elficas y dirigirse al oeste, donde una raza joven se alzaba, esta era la de los hombres, los cuales eran demasiados jóvenes y vivían en pequeños grupos desobligados de los grandes conflictos de las razas reinantes, en este lugar, los Argelaes se reunían para verlos con curiosidad de niños que ven un acuario, pero los allí reunidos no eran, Argelaes de alto rango, eran pequeños de tan solo unas centurias de nacidos, al ver a Merrcar, huyeron despavoridos, pero atrajo a los Argelaes del mas alto rango, con armaduras brillantes como el sol y lanzas que podrían desgarrar el cielo, aparecieron tres de los mas poderosos Argelaes que estaban cerca, Merrcar sabia que no tenia una oportunidad contra ellos juntos, pero su misión no era combatir, los humanos se escondieron en sus pequeñas chozas de lo creyeron fue una tormenta, los Argelaes hablaron como rugido de un trueno;
-¿quien eres para traspasar la linea de Ventor-Tur ser de la noche?-
Merrcar sabia de los Argelaes, pero jamas había confrontado a alguno, por que su afinidad era con las bestias nocturnas, pero sabia que la linea de Ventor-Tur era frontera de entre el portal de lo profanos y los seres de obsidiana, marcada como frontera entre las razas antiguas;
-mi nombre es Merrcar, señor de los nocturnos, no tengo mas intención que presentar mis temores a ustedes-
los Argelaes se vieron entre ellos;
-habla ser perecedero-
Merrcar les vio atento, nadie osaba  faltarle el respeto;
-en Annun-al-Asur, en el centro donde los elfos viven tranquilamente, habita una ciudad de demonios y mujeres humanas, en constante  profanación de todo lo conocido como actos de monstruosa o barbarie, la sangre corre desde las laderas hasta los precipicios, el mal habita allí en formas monstruosas y profanas que recuerdan a los días Balad-Dae...-
el Argelae mayor le ordeno;
-ni se te ocurra mencionar ese nombre-
Merrcar guardo silencio;
-iremos contigo, por que no muestras ser mentiroso, pero algo ocultas y no es aceptable-
el ser nocturno molesto contesto;
-guardo silencio por que es mi derecho divino guardar mis pensamientos profundos para mi mismo y para nadie mas-
el segundo Argelae dijo;
-no discutamos de derechos divinos y vayamos a ver lo que has dicho-
dijo y los cuatro abandonaron como truenos y tormentas las tierras de los hombres, que empezaron a hablar sobre seres espantosos de la lluvia y el trueno, así como bestias locas aullantes, por que así hablaba Merrcar, en su lengua que resulta insulso escucharla, aunque no seria la ultima ves que sabrían de Merrcar.
Merrcar persiguió a los Argelaes como demonio embrutecido por las montañas, laderas y ríos, por que el no podía seguirles el paso tan rápido, pero llegaron a la cumbre de Annun-al-Asur donde vieron las horribles cosas que allí se realizaban, pero una sombra ígnea ya veía a esta cumbre con desprecio, desde las estrellas donde la cúpula estelar a un no tenia nombre, el señor de la locura Azathot se había enfurecido contra la Argoth, por que la locura cuyo nombre no debe ser invocado rara ves se molesta, incluso cuando es insultado, pero aquellos que se atreven a querer equipararse con el en poder, son victimas de su terrible poder malsano, desendio en su forma favorita, en pequeños fragmentos de polvo estelar ardiente, como locura malsana y profana desendio ante los ojos de los presentes los cuales fueron presas del terror absoluto, ni los Argelaes con toda su nobleza y poder pudieron contener, Merrcar fue testigo al igual que los demás, de como Azathot empezaba a jugar un juego con los habitantes de Argoth, empezando por Vhaladad, la cual engendro un hijo de nombre Vheil, cuyo parecido a su padre impresiono a todos, pero Vheil fue seducido a la locura por Azathot desde pequeño, lo cual le trajo cierto distanciamiento de su padre, pero su madre lo amaba demasiado, Vheil creció lleno de dudas profundas espirituales, de extraños pensamientos impropios que el alienaba para si,  pero su madre, sabiendo que el seria un demonio como su padre, le mando preparar un ritual de poder, pero Vheil poco a poco se enamoro de una niña humana, la cual no rebasaría los 13 años, el amor le lleno todo ese vació existencial, sin saber lo que su madre preparaba, ni mucho menos Azathot, para entonces extraños sueños atrajeron al primer marido de Vhaladad, en busca de su hija, mas que de su esposa, esto le llevo a toparse con Vheil y con su amada, el cual les pregunto por Vhaladad, sin saber con quienes hablaba;
-ella es mi madre-
dijo el joven ingenuo Vheil;
-dime donde buscarla a ella y a tu hermana-
Vheil se sorprendió, esto molesto y asusto al hombre, pero Vheil le indico como llegar al castillo de su madre, esta al reconocerlo lo mando arrestar y en su cara se burlo  de lo que había hecho con su hija, el hombre la maldijo y juro venganza desde las mazmorras donde se le amputaron ambas piernas para que no escapara, fue entonces que se dio la gran fiesta, pero la amada de Vheil no estaba invitada, esto entristeció a Vheil, pero allí la vio, ella fue ofrecida en sacrificio en fuego vivo y quemada viva para su padre y este le ofreció carne del cadáver para comer a Vheil, esto volvió loco a Vheil y tuvo que ser llevado a una celda para proteger a los demás de el en el reino, por que no sabia su fuerza de demonio, pero los Argelaes y Merrcar escucharon el grito de guerra de Azathot, que es el sonido de la flauta de la perdición, Vheil volvió a escuchar la voz del forajido, el viejo esposo de su madre y este le dijo;
-escucha hijo, tu apariencia engaña, eres mas que esos monstruos que te rodean, escapa de la ciudad y huye por el sombrío dominio de Bhartael, nadie te buscara allí, escapa a las cercanías Ventor-Tur, allí encontraras con gente noble que son la raza de los elfos, ellos solo ellos solo pueden ayudarte a vengarte de este pueblo de malditos-
Vheil asintió, una extraña fuerza abrió cada puerta de la prisión para que escapase, pero al querer ayudar a su nuevo aliado encontró a mujeres humanas devorando el cuerpo aun vivo a mordidas de aquel forajido, enloquecido huyo por donde se le dijo, Bhartael la tierra de Merrcar esperaban a su señor sin ánimos de lucha, por que era su dicho, aguardad por mi para la batalla y otras cosa sera ofensa contra mi, así Vheil escapo de las tierras que lo vieron nacer, hasta llegar a Ventor-Tur, donde los elfos le vieron entre el terror y el miedo, pero su señor al escuchar lo acontecido fue a verle, en la plaza publica, temeroso como un cachorro y llorando como un niño, lo encontró Gasael, señor elfico de Ventor-Tur, se apiado de el y curo sus heridas, Vheil contó todo a los elfos y estos se llenaron de terror, por lo que el señor elfico se preparo a la guerra, por lo que marcharon por Bhartael, pero sus habitantes no salieron a combatir, por que aun esperaban a su amo, pero si hubiesen atacado los elfos, estos se abrian defendido, pero solo observaron, los elfos llenos del terror provocado por las palabras de Vheil no sitiaron la ciudad, si no lucharon para destruirla, Argoth el demonio lucho contra Gasael en una lucha titanica que Merrcar y los Argelaes temieron, con su magia de los bosques, el elfo destrozo al demonio y Vheil mato a su propia madre, no quedo piedra sobre piedra y solo hasta que el ultimo ser vivo de la ciudad fue muerto, los elfos se retiraron, Azathot se burlo como era su costumbre en su locura y se alzo a los cielos vagos para perderse, los Argelaes se retiraron de alli de inmediato, pero Merrcar tuvo miedo a los elfos y juro cuidarse de ellos, mientras que Vheil se volvió un oráculo en Ventor-Tur hasta su muerte milenios despues como sabio, despues de arrancarse los cuernos de su cabeza, los elfos cuentan esto mientras se preguntan lo rara que es la locura que salva a un hombre para condenar a uno solo, cuenta por ultimo aquel libro mientras el efecto de a droga desaparece y vuelvo a mi asquerosa vida llena de una locura, en que seguramente se ríe Azathot de mi y mis congéneres...

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