Real del Oro 9

El

Eran dias malos, pero no esperábamos que todavía mas empeoraran...

Daniel despertó rodeado de gente que no conoció, a la luz de las velas de una iglesia extraña, que recordaba a los oscuros días en los que el cristianismo era una masa deforme sin guía, cuando la tierra era libre, las personas a su alrededor le veían atentos, como si esperasen algo de el, como si el fuese el elegido, el sacrificio a los dioses menores para evitar la ira de los dioses mayores, un sacerdote lo veía con cierto desprecio de poder anarquico, por que la fuerza del poder de las religiones esta en las masas, se dijo Daniel;

-tranquilo, no trates de levantarte-

le dijo una mujer;

-¿que sucedió conmigo?-

pregunto confundido, mientras se tocaba la frente, notando un golpe y su oído reventado;

-caíste victima del grito de una de las sombras, no te preocupes, estamos seguros del demonio hasta que llegue la deidad-

Daniel se pregunto;

-¿deidad?-

vio con extrañase a esa gente vestida de manta y ropas de colores ocres, oscuros y muy pocos vistosos;

-la deidad, es aquella que deberá de pelear contra el demonio que azota este pueblo-

Daniel puso un rostro de incredulidad que haría a Nietche sonrojarse;

-¿como pueden creer eso?-

cuestiono;

-de la misma forma que has sido atacado, nosotros fuimos atacados, hemos visto lo que tu has visto y cosas mucho peores, el poder del demonio aumenta y jamas disminuye, pero tu con tu falta de fe no ayudas y solo lo alimentas-

Daniel trato de levantarse, pero algo hizo retumbar la iglesia subterránea;

-entiende una cosa hijo, tu seguro sabes acerca de los átomos, pero te aseguro que jamas has visto uno, sabes de su existencia por que otros te lo han dicho, pero jamas has visto uno, ¿que te hace pensar que no te han mentido, que te hace pensar que esa gente no gana de lo que tu crees que es verdad?-

la puerta fue golpeada fuertemente, al grado que hizo toda la habitación temblar, la gente se asusto, la puerta fue abierta y una llamarada de luz entro a la habitación...

Arden las estrellas arden, tu arderás como las estrellas....

Daniel despertó nuevamente, estaba en la iglesia, la pálida luz de las velas iluminaba la habitación, al levantarse se dio cuenta que estaba rodeado de cadáveres, de gente caída en el suelo, en las bancas había gente quemada con rostros de dolor y sufrimiento indescriptible, cuando se levanto vio a la cercanía a un joven de por lo menos 15 años, le veía con extrañeza, pero a la vez con desprecio, del techo empezaron a descender cadenas las cuales chispeaban golpeándose unas contra otras, las cuales parecían serpentear buscando a ciegas algo, Daniel lo supo, lo buscaban a el, Daniel empezó a correr, tan rápido como pudo, mientras su corazón latía tan rápido como el motor de una locomotora, el sudor le molesta, pero no importa, el momento no es para ponerse como princesa delicada, corre como el demonio de la noche, corre, por que ha iniciado, no sabes que, pero lo sabes, ha iniciado, un ciclo que se había roto, desde hace mucho tiempo, desde la infancia de Carmen y e preguntas como sabes eso, tomas una cruz, si ese demonio debe temer a las cruces, las cadenas te siguen, Daniel se gira listo para usar la cruz, pero las cadenas no se detienen, prosiguen su camino y se llevan a Daniel entre estas donde lo estrujan y este solo alcanza a gritar lleno de terror...

Momentos después despierta, dentro de una celda, donde una gran bolsa de carne, o al menos asi la puede describir, le observa, ese ser fue cocido con hilo de acero, no tiene forma mas que unas piernas y de entre las costuras de carne viva deja caer un liquido babeante y otras veces sangre....

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