Lentamente escucho el movimiento del reloj
el cual marca la hora señalada que se cree indefinida
la espera con indiferencia sera pagada con el desprecio
pues no se puede evitar lo inevitable por mucho que se quiera
los murmullos de los muertos vivientes se escuchan
por debajo de mi buhardilla los lamentos de aquellos
que viven tan deprisa que se extinguen como el suspiro
vivir el momento es tan absurdo como observar un cuadro vació
pues la seguridad del pasado le da esperanza al futuro
quien vela por la llegada de las horas siniestras
sentirá la milésima de espacio al que pertenecemos
pues no podremos jamas comparar nuestra miseria con la inmensidad
de los espacios que nos rodean en el exterior
las constelaciones en su ígneo flagelo eterno de observarnos en silencio
se reirían de nosotros si pudiésemos escuchar sus pensamientos
por que pequeños somos en nuestros lustros pecados
enorme somos en nuestro ego y orgullo
pero somos nada al compararnos con los silencios de los cielos...
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